viernes, 17 de septiembre de 2010

Ocean' s Eleven (hagan juego)

En el momento que vamos a empezar, entra de nuevo el macarra de siempre y le dice a su jefe:
-Jefe deme una orden y me cargo a este gilipollas. A cuchillo. Sin disparos. En un momento.
- Vamos a ver chaval. ¿Tú te crees que es tan imbécil como para traer el dinero en ese maletín que tienes delante? Esta vacio, anormal. Pero el y yo somos hombres de honor, a nuestra manera. Cuando le gane me dirá donde está el dinero.
Ambos sabemos que mentimos. Ni él me va a dejar salir ni yo le voy a decir nada. Yo no creo que sea un hombre de honor. Y el intento matarme a la primera oportunidad. La cosa es ver quién es más listo. Conozco a estos tipos de sobra. Siempre quieren demostrarte lo mucho que te superan, lo inferior que eres.
-¿Y si no lo hace?
-Lo matas. Lenta y dolorosamente.- me mira con satisfacción, le ordena que se pire y se quita los guantes. Se recoloca las gafas y es en ese momento cuando le digo:
-Antes de empezar. ¿Fue usted quien creó el diseño del cuadro?
-No, no me dedico a eso. Mi afición es la lógica matemática, no la pintura. Deme números y fórmulas que yo hare dinero. Por eso me metí en esto: era una forma rápida de ganar dinero.
Y este tipejo que tengo delante tiene los cojones de hablar de honor. Reconoce que vive de la droga para hacer dinero y habla de honor. Y yo que me he cargado a no se cuanta gente hablo del honor. En fin.
-Bien, creo que es justo que empiece yo, ya que usted ya me ha puesto a prueba una vez. También creo que es lógico que sea una partida a muerte súbita, como si fuera un combate real.
-Por supuesto. Estoy ardiendo en deseos de comenzar. Pero antes, permítame:
Desenfunda una pequeña pistola negra Walther PPK y la coloca encima de la mesa.
La sostengo en mi mano un instante y le digo:
-Buena arma. Pequeña y discreta pero peligrosa. Le pega mucho.
-Gracias.
Yo saco mi navaja preferida y la coloco igualmente encima de la mesa.
-No es un poco ordinario-dice el, mirándola con desdén cuando la inspecciona,.
-Le aseguro que un combate callejero no hay arma más útil.
-Bueno puede ser. Al fin y al cabo tiene más experiencia en eso que yo.
- ¿Comenzamos?
- Claro.
Desgraciadamente para él, no parece estar familiarizado con la doctrina de que las batallas se ganan mucho antes de desenfundar el arma. Yo le hice la pregunta y comprobé el arma por una función. Las dos cosas encajan. Tiene una mentalidad matemática, lineal, en definitiva. Es incapaz de ver más allá de sus gafas, de sus ecuaciones, de los procesos químicos. Por mi perfecto.
- ¿Sabe? He cambiado de opinión. Empiece usted, por favor.
- Oh, como quiera.
He ganado antes de empezar. Ni siquiera se ha dado cuenta cuando le dejo empezar para terminar más rápido. A ver lo que me ofrece.
El tipo es rematadamente tonto. No se le ocurre nada mejor que ofrecerme el desafío de Einstein. Debe pensar que soy retrasado. Aunque no lo supiera podía resolverlo fácilmente, si tuviera tiempo. Pero no lo tengo, por lo que suelto la respuesta a bocajarro tras hacer que me lo pienso un poco. El tipo se queda con cara de tonto y me contesta alguna incongruencia para demostrarme lo listo que es. Ahora voy a terminar con esto por la vía rápida. Cojo la baraja y me coloco sus guantes que están sobre la mesa. Coloco tres cartas sobre la mesa formando una hilera vertical y la cuarta formando un ángulo recto con la primera.
-Moviendo una sola carta debes de hacer un cuadrado. Tienes dos minutos.
El tipo se centra sobre las cartas, sin tocarlas, claro; pero concentrado sobre ellas. Hace cálculos en un papel, pronto ve la paradoja y empieza su fin cuando se le va la cabeza y se desespera; se le ve a la legua que está acabado. Pasa el tiempo….
-Se acabo. Has perdido.
-¡Pero! ¡Esto no puede ser!!Es imposible…
Muevo la última carta de la vertical para que haga un ángulo recto con la que ya formaba uno y sale la figura de un cuatro. Lo señalo:
-El cuadrado de dos. Lógica lateral.
Se acabo. Gane. ¿Ahora, que te pasa, gilipollas? ¿No eras tan listo?¿De qué te vale ahora tus carreras, subnormal?¿De qué te vale toda la lógica matemática cuando te enfrentas a un problema no lineal? Claro.
- Le voy a hacer una pregunta, subnormal. Una vez a un estudiante le dijeron que como, con un barómetro, se podía saber la altura de un edificio. ¿Sabe lo que contesto?
- No
- Que si querían una respuesta típica, bastaba con hacer unas cuantas ecuaciones cambiando la presión en metros. Si querían la respuesta más sencilla, como se suponen que hacen los científicos, darle el barómetro al conserje a cambio de que le diga la altura. Ese tipo era Bohr. Era un genio .Y usted es gilipollas .Jaque Mate
El tipo finge que va a empezar a hablar, cuando se abalanza sobre la pistola, pero yo hago lo mismo y… el está más cerca. No es tonto y la había colocado cerca de él. Es rápido como una serpiente. Me apunta.
- Bueno, parece que perdí, pero después de todo, no importa.¿ Donde está el dinero?
- No se lo voy a decir. –le digo muy tranquilo.
- No me creo que por muchos cojones que tenga, no le tema a la muerte, así que comience a cantar o me pondré muy, muy desagradable.
- ¿Podría dejar de poner esa pose de malo de película barata? Estoy cansado de oír su puta voz de pito de los cojones.
- ¡Bueno, ya está bien! Dígame donde está el dinero y lo matare de un tiro entre ojo y ojo. No lo diga y le vació el cargador empezando por las piernas. O quizá prefiera que mis matones le saquen los ojos con destornilladores, o le hagan ver su lengua en la garganta. ¿Sabe que eso es una corbata colombiana? Pues tengo un tipo ahy fuera...
- ¿Sabe? Es usted igual de gilipollas que el macarra de la puerta. ¿Por qué cree que no me asuste cuando me puso el arma en la nuca?¿ Por que soy muy valiente? No, la muerte asusta a cualquiera. ¿Entonces, porque, pequeño tarado? ¿Por qué inspeccione el arma antes de empezar?
El tipo mira a su alrededor sin comprender. Piensa pero no lo pilla, me encañona la frente con el arma, y entonces yo le digo:
- Si me quiere amenazar, quizá fuera mejor empezar por quitarle el seguro al arma, ¿no cree?
El tipo aprieta el gatillo, pensando que miento para distraerlo. Pero no pasa nada, claro. Mi navaja le secciona las nervios que van a la muñeca por debajo de un corte limpio. La pistola cae de la mano inerte y yo le quito el seguro y se la coloco en su sien. Pero mi situación no es buena. Cinco gorilas armados me esperan fuera, y solo tengo un rehén para ganar tiempo.
P.D Lo del concierto se cancelo. Nos vemos el lunes si no hay novedad

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