jueves, 16 de septiembre de 2010

007 contra el Doctor No

Meto toda la pasta rápida lo más rápido que puedo en una bolsa de platico de la basura y me piro. El dinero no me sirve da nada pero puede ser una moneda de cambio con los hijos de puta que me la han montado. Por lo visto nadie llamo a la policía, los vecinos deben estar acostumbrados a ver cosas raras y deben saber lo útil que es guardar silencio. En el interior también halle varias bolsas de droga, así que me coloco me gurda una bolsa nueva; me bebo lo que puedo de sake y me meto varias aspirinas para los dolores. Como es obvio que esta mezcla no es buena para el estomago, este opta por reventar. Me tiro en una esquina para vomitar a gusto. Me levanto, y salgo de nuevo a la calle.
El lexus sigue aparcado allí, por lo que el gordo no escapo muy lejos con sus kilos a cuestas, eso es de cajón. ¿Pero adonde fue?¿Izquierda o derecha? Ya que no movió el coche y este esta apuntando hacia la izquierda, hay mas posibilidades de que haya ido hacia la derecha, porque no hubiera tenido que maniobrar para salir hacia la izquierda, y maniobrar no es bueno si te persigue un tipo a las tantas de la mañana medio puesto y matando gente a navajazos. Es una corazonada. Voy calle abajo.
Sigo calle abajo, mirando a ambos lados. Es inútil, no veo nada raro. Podría haberse metido en un portal o en una tienda y no lo vería jamás y ahora empieza a haber cruces de carretera. Se jodio. Me fijo en las casas circundantes. Bar, cerrado, tienda de chucherías, casa de juegos, talleres, iglesias… ¿Se habrá escondido en la iglesia el muy cabrón? Hace tiempo, una de las reglas del juego es que las iglesias eran zona neutral (bueno, y los colegios, y las tiendas no relacionadas, y los hospitales. Hoy en día las reglas son mucho más simples: No hay reglas) Podría ser…Pero ¿Casa de juego he dicho? Pues sí. Eso canta a lavadero de dinero a kilómetros. Me acerco. En la entrada hay coches buenos y caros, otra buena señal. Hay luces. Muy bien. Si me persiguiera un loco y tuviera una banda, me reuniría con ellos para sentirme seguro. Claro. Ahora está todo claro. ¿Cómo entro? ¿Que Hago dentro? Bueno un profesor mío me dijo alguna vez que si quieres las respuestas adecuadas tienes que hacer las preguntas adecuadas. Pues creo que voy a hacer las preguntas adecuadas. Llamo a la puerta muy educadamente:
Un tipejo con pinta de macarra de barrio con chupa de cuero abre la puerta de par en par y me encañona con una pistola.
-Buena pipa, esa Desert Eagle 50.¿Sabes?Yo tenía una, pero la cambia por una Magnum 500, que es como más de mi estilo.
-Te quieres reír de mi, gilipollas. Entra, o te arreviento los sesos contra el bordillo- ruge mientras escupe.
-¿Si? Eres más duro de lo que pensaba. ¿De verdad me vas a pegar un tiro en medio de una calle a las tres de la mañana?
El tipo se cabrea y amaga con apretar el gatillo. Entro, y muy educadamente me quito el sombrero. Miro por la sala y veo a cuatro gorilas con las armas desenfundadas y a mi amigo el gordo, con un viejo de gafas que no conozco de nada. Miro al gordo y le ofrezco el sombrero con la izquierda mientras le digo:
-Caballero, creo que este sombrero le pertenece. Se lo olvido la otra noche en mi Club cuando discutíamos amigablemente de Schopenhauer mientras jugábamos al ajedrez. Creo que en ese momento se sintió indispuesto y tuvo que abandonar la sala con cierta prisa…
-Tienes que tener muchos cojones o estar muy mal de la cabeza para venir aquí esta noche.
-¿Sabes? Es la segunda vez esta noche que oigo esa frase.
-Te crees muy listo. Pero si vas a morir por nada, no puedes ser tan inteligente.
-¿Sabes? Tienes razón? Morir sin motivo sería muy poco inteligente. Así que no moriré por nada. Por nada no, amigo, por un millón de dólares.
El viejo me mira fijamente, impresionado. Pero el gordo no se inmuta.
-No te creo, hijo de puta. Y aunque lo fuera, a mi me eso no me importa una puta mierda.
-No esperaba razonar contigo así. Pero quizá con esto, si- y le tiro el santo que tenía en el salpicadero del Lexus- Es muy fácil abrirlo. Basta con colocarle un rollo de papel higiénico ardiendo debajo para que la alarma anti incendio abra directamente las puertas del coche. Bonito coche. Lo aparque en un sitio nuevo. Este maletín- lo enseño, porque lo saque de su coche- vale mucho, pero seguro que nunca creíste que valdría un kilo y un coche ¿Eh?
El gordo no se aguanta más y se tira con la mano a mi muñeca, la del maletín. Mal movimiento. Aprovecho su enorme impulso para apartarme y zancadillearle. El tipo cae de rodillas mientras le luxo el codo y yo le pongo la navaja al cuello. Siento como me apuntan con sus armas y el tipo del principio me pone la pistola en la nuca.
-¿Arma en la nuca estilo etarra? Está claro que eres un puto mierdas.
El tipo se cabrea y me va a disparar cuando el que parece el jefe dice:
-No, disparos aquí no. ¡Este sitio está limpio!
El de la chupa de cuero deja caer la pistola y saca una navaja automática del bolsillo de la chaqueta. Cundo lo va a blandir detrás mía le meto una coz y lo tumbo patas arriba.
-¡Ya basta!- grita el jefe.-¡Suéltalo!
-¿Y si no quiero, que va a hacer? ¿Patalear y decirme lo duro que eres?.
-Suéltalo y hablaremos.- me dice suavemente.
-Ok.
Me ofrece un buen asiento en una mesa de póker, en la trastienda. Un camarero se me acerca:
-¿Una copa, señor?
-Si, por favor. Un chispazo.
Mezcla el Martini y la Coca-Cola en su justa proporción y me lo ofrece.
-¿Ese es un chispazo? Haber, enseña la mano…-Echo el Martini en la copa, saco la navaja y le pincho la punta del índice. Recojo la gota de sangre en el vaso y digo: -Esto es un chispazo, amigo.-El golpe de efecto me quedo cojonudo, a juzgar por cómo me miran.
-Bueno, bueno… ¿Qué me ofreces, señor Químico?- es fácil deducirlo. La pureza de la coca era muy alta para no darse cuenta. Y no iba a ser ninguno de los gilipollas de los gorilas.
El otro enarca las cejas, cruza las manos enguantadas en cuero y continúa:
-Veo que eres un tipo listo. Aunque no lo parezca, yo disfruto de los desafíos mentales como tú de las peleas. Que hayas descifrado el secreto del cuadro prueba tu inteligencia. No te tengo muchas posibilidades de desafiar mi mente en mi trabajo, o con esta gente. Así que te ofrezco un desafío mental de juegos lógicos. Si tú ganas, te digo las respuestas. Si gano yo, pierdes y me das el maletín (y mueres, añado yo)
-Bueno, está bien, No contemplo la posibilidad de perder.-pongo el maletín encima de la mesa.
-Muy listo.- Me ofrece una baraja de cartas. ¿Quieres embarajar, por favor?
¿Una partida de póker? Muy simple. Esto esconde más. Este tipo lleva guantes. ¿Guantes para jugar al póker?
-Lo del arsénico en las cartas es un truco muy viejo, ¿No crees?
El se ríe y me dice:
-Eres un tipo realmente listo. Creo que voy a disfrutar mucho con esto.

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