domingo, 17 de octubre de 2010

La Muerte tiene un Precio,

Se acabo todo. El asesino recibe un disparo en la mano izquierda, que estaba bajo la chaqueta buscando la pistola. A esta altura, y por casualidad, claro, la bala le atraviesa el pulmón. Con un gesto entre incrédulo y furioso, sabiendo que ha perdido la partida, retrocede un par de pasos a tumbos, mientras trata en vano de respirar.
El olor a polvo me anima. Me alzo de nuevo como puedo ignorando el dolor de mi pierna, y levanto la pistola del gordo.
- Bang bang you shot me down
Bang bang I hit the ground
Bang bang that awful sound
Bang bang my baby shot me down- y en ese preciso instante en que pronuncio el utlimo “Down” abro fuego de nuevo, a quemarropa. Este disparo es demasiado para él, y por muy duro que sea se derrumba y se recosta contra un muro de la fuente. Miro el reloj como distraído: apenas cuatro minutos para que venga la policía. El se sigue buscando con la mano que le queda la pistola de su sobaquera, cuando yo le digo:
- ¿Buscabas esto, hijo de puta?- y saco de mi espalda el revólver de este hijo puta- Buen arma. La arma de un asesino. Bonito…
Le meto el cañón por la boca.
- Tranquilo; no te voy a matar, por lo menos… no todavía. Necesito las últimas respuestas, ¿sabes?
- Que… - escupe un reguerillo de sangre al intentar hablar, y se le escurre por la barbilla- te jodan! Puto yonqui!- no habla más.
No puedo creer lo que ven mis ojos. Este tipo está muerto, completamente muerto y él lo sabe. Pero se niega a hablar. Su valor me acojona, y a la vez, me irrita.
- Sabes, vamos a jugar a un juego muy divertido. Vamos a jugar a las películas. ¿Empecemos por una de Tarantino, vale?
Con mi mano derecha agarro mi navaja del suelo y le coloco la punta en la órbita superior de su ojo derecho. Hago palanca, no ahorrando clavar la punta, tajar y retorcer a la mínima resistencia, hasta que el ojo sale desecho. Tiro de él hasta que sale el nervio óptico y lo tajo delante del otro que le queda sano.
- ¿Qué te parece subnormal? Quedan cinco minutos hasta que llega la policía. ¿Jugamos a este juego todo ese tiempo o me vas a decir lo que quiero oír?
- ¡Que te jodan! … !Puto yonqui!- y me escupe sangre a la cara. Me seco la cara, y con un movimiento rápido lleno de furia le rebano la oreja.
- ¿Me puedes oír?- digo gritándole a la oreja que sostengo en mi mano.
El asiente con la cabeza muy lentamente.
- ¿Me vas a responder, o no, hijo de puta?
- Que te jodan...puto yonqui!
- ¡Héroes! ¡Siempre haciendo el gilipollas hasta el final!
Con mi navaja apunto a su yugular.
- ¡Eso es…- trata de continuar- mátame de una puta vez! No te dire… nada- y le nada lo dice tan apagado que casi no se le oye.
Recupero la cordura por un instante. Y pensar me lleva a la misma conclusión: Como aquel tipo puede haber aguanto el ritmo y los golpes durante tanto tiempo, y puede resistir tanto tiempo la tortura, esta relacionados. Ya sé que era pura fibra y tiene las venas marcadas por todo el brazo, pero aun así no podría haber aguantado mi ritmo.. La diferencia de cuerpo es abismal. Y el dolor. No soy precisamente un blando, pero yo no lo hubiera hecho. Y lo hizo... Ahora lo comprendo todo. La ultima verdad, lo que escondía este tipo. Nadie mato a su madre, la mato él. Así de acojonante es la vida. De un tiro en la cabeza, seco, limpio. No; porque no tenía arma seguramente, y no hubiera encajado con el tema del atacante solitario y la tortura. Lo hizo con un arma punzante, con un cuchillo o un trozo de chatarra, algo así. Cara a cara. Y yo que me acojonaba con lo de Johnny.. (Para este tipo, aquello fue mierda). Lo hizo él. Cuando descubrió lo que hacía para pagarse la droga. Porque él no tenía padre, seguramente había sido no deseado, en cualquier servicio, o la violaron, o quizá la abandono y con el hijo y la desesperación se metió en la droga. Entonces mato a su madre y al yonqui que tenia encima en ese momento (que quizá fuera su padre después de todo) le descerrajo varios tajos encima, en la espalda; y cuando llego la gente desfiguro el cadáver hasta que coincidiese con su historia. Y acabo en un correccional o en un centro de menores, donde su carácter se termino por imponer y seguramente se cargo a cualquiera; y se termino en un basurero. Comparativamente con la historia de este tipo, yo he vivido en un palacio.
- Contéstame... Te cargaste a Johnny y su banda- el asiente o quizá tiemble entre espasmos- y el escapó. Yo le pille escapando, y como estaba con el mono le pare para pedirle caballo. Como él tenía prisa me separo de una hostia, yo me enzarce, llegaste tu y me sorprendiste por detrás. ¿Fue así, verdad?
El asiente con la cabeza lentamente. Pero no lo hace porque si. Pregunta a su vez:
- Por… que…
- ¿Qué porque te mate ahora a tiros?- Oigo la poli acercándose por detrás. Tengo muy poco tiempo. Enciendo un cigarro que cojo de su pitillera- Fumar te mata lentamente, pero como yo digo siempre, no tengo ninguna prisa. Bueno, digamos porque necesitaba probarme a mi mismo que podía contigo mano a mano- me sonrió. Bueno, esa es parte de la verdad, claro, pero tienes razón- está negando con la cabeza- No fue por eso. Sabía de sobra que ibas armado. Si yo hubiera disparado desde lejos tu hubieras respondido, y como tú tienes mejor manejo y puntería, lo más probable es que hubiera perdido yo. Pero también- respiro un poco- porque los tiros hubieran atraído a la policía y no hubiera tenido tiempo de terminar el trabajo.¿ Y eso hubiera sido muy malo, no crees? Pero... dispare ahora, no solo porque vi que me ibas a matar, sino porque fue en mi último ataque cuando te birle la pipa. Si no hubiera perdido de todas formas.
El asiente. No contesta. Sabe que ha perdido por pasarse de duro, de listo, por no disparar de primeras, donde tenía ventaja, y acabar rápido. Solo después de fallar vemos lo tontos que hemos sido.
- Bueno, creo que este va a ser un buen epitafio para ti- saco una nota del bolsillo:
“De haber podido elegir mi morada, lo hubiera hecho en alguna ciudad de carne en descomposición y huesos que se deshacen, pues su proximidad brinda a mi alma escalofríos de éxtasis, acelerando la estancada sangre en mis venas y forzando a latir mi lánguido corazón con júbilo delirante... ¡Porque la presencia de la muerte es vida para mí!... “ H.P Lovercraft. Los amados muertos- tiro la nota. La policía ya está casi aquí.- ¿Bueno… que nombre he de poner en la lapida?- tiro el cigarrillo.
El no contesta, pero está vivo todavía: eso lo sé. Miro el arma suya, un revolver plateado del 45. Tiene un nombre escrito en el tubo del cañón. Se lo meto por la boca,
- Buenas noches, Míster Cortez.
Pero mi tarea no está cumplida todavía. No aún. La policía ha desenfundado y me apunta mientras grita que me tire al suelo. Pero yo no los oigo. Veo toda la escena como si estuviera en un cine. Como si no estuviera allí. Como si todo fuera un sueño y nada hubiera pasado. Sonrió. No me puedo creer lo que acabo de hacer. Es mi obra maestra. Lo he hecho. Nunca quise despedirme de la vida sin hacer algo grande, algo por lo que me recuerden, algo por lo que merezca la pena morir. Ahora mi vida esta plena. Y no puedo consentir que mi vida acabe entre rejas, o en un absurdo tiroteo con la policía; morir de viejo o por las balas de una poli gordo gilipollas no me resulta atractivo. No. Mi obra maestra precisa un punto final grandioso, un gesto memorable. Me gritan por última vez que arroje las armas. Les voy a complacer. Tiro las dos al suelo a la vez. Levanto las dos manos. Se me acercan varios tipos. Yo me rio a carcajada plena. Ahora por fin lo comprendo. El sentido de la vida. Porque estamos aquí, porque vivimos. Todo. Ahora lo entiendo todo. Y con un gesto rápido, saco la navaja y me la clavo en el pecho, antes que nadie pueda hacer algo. Y como un antiguo guerrero, que culmina su vida para que nadie pueda arrebatarle el máximo honor en un combate; hago girar la hoja hacia abajo y luego a un lateral. Ya nadie podrá superarme jamás. Ese es el punto exacto.
Recuerdo las palabras de Cortez “Que alegría morir en la silla eléctrica. Será el último escalofrío. El único que todavía no he experimentado...". Qué razón tenía. Me encanta esta última sensación. ¿Qué mejor regalo de despedida que esta ultima sensación? Miro la hoja y leo la inscripción. Y con mis últimas fuerzas, digo antes de que todo acabe:
- All you need is love.
FIN.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Créditos
ACTORES
- Protagonista: Daniel Creig. (aunque pensada originalmente para Jean Claude Van.- Damme.)
- Johnny: Nicolas Cage.
- Pandillero de Johnny: Will Smith.
- Chino del bar: Jackie Chan.
- Macarra: Vin Diesel.
- Químico: Alan Rickman
- Lobo: Arnold Schwarzenegger.
- Matón sin valor: Matt Damon
- Gordo: Laurence Fishburne.
- Cortez: George Cloney.
Dirigido por: Quentin Trantino, Sergio Leone.
Música por: Ennio Morricone.
Guión: Frank Miller y Michel Crichton, con la colaboración especial de Publio Carisio.
Producida por: Nora Productions.
Gracias a todos los que lo habéis hecho posible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario