miércoles, 17 de noviembre de 2010

Mystic and Severe

Karl May (si es que se llamaba si realmente) se atuso un bigote, se recolocó las gafas de sol y echó una mirada picara a una moza rubia de buen ver que tenía el placer de tener como rehén. Empezó a caminar con aire desgarbado, como siempre en el, moviéndose al son de una música inexistente, y taconeando el aire a zapatazos se abrió camino hasta su cercanía:
Con gran amabilidad le agarró la mano como si fuera una preciada fruta mientras se tocaba con la punta del índice el ala de su sombrero para dejar al descubierto su cara de reptil:
- Mi nombre es Bond…
La otra le miro entre aterrada y repugnada, pero le sostuvo la mirada.
- Sex… Bomb…
Y rápido como una liebre, su lengua voluptuosa se enrosco como una pitón alrededor de su muñeca y subió lenta pero cadenciosamente hacia su codo. Pero si iba a pasar a mayores no se llego a saber, porque el teléfono móvil que llevaba en el bolsillo de la chaqueta comenzó a sonar de forma estridente.
- ¡Es una pena, encanto, pero tendremos que esperar a otra ocasión para terminar lo que empezamos!
- ¡Hijo de puta!- le espeto la rubia a quemarropa.
- Soy un vaquero,¿ sabes?!Me encanta domar yeguas salvajes! Ya sabes lo que dicen;: primero las domas y luego las montas,¿ eh?
La joven, con un valor admirable ciertamente, intentó agarrarle la cara y arañarle los ojos, pero el otro ya había previsto su actuación por lo que la esquivo echando la cabeza hacia atrás, mientras con la mano derecha desenfundaba con enorme velocidad el enorme revolver. La mujer, retrocedió asustada, y el otro con notable desenvoltura apretó contra su seno izquierdo el arma.
- Veo que te impresionan las cosas grandes… Entonces nos llevaremos bien, no te preocupes.- y pasó el brazo libre por su cintura y la atrajo hacia sí:- Deséame suerte, cariño.- y la beso con fuerza, en un instante. Luego se separó y se volvió a uno de sus secuaces:
- Quédate vigilándoles. Si se ponen nerviosos, conecta el televisor que marca las acciones y habla con Christof para colocarles una peli porno.
- Ok, jefe- contestó entre risas.
- Petrarca- hablo por el intercomunicador- Estos hijos de puta tiene un tirador. Identifícalo y cárgatelo. Cuando antes mejor, ¿me has oído?
- Ok, boss.
- Tu, tu y tú- ordeno señalando con el revólver- ¿Habéis hecho lo que ordene?
- Si jefe, hemos reunido los guardias de seguridad y los hemos atado en esta habitación.
- Perfecto. Quedaos aquí fuera. Será un segundo.
Con una teatral patada en la puerta, entro de forma magistral en la sala de juntas. Los ojos de los diecinueve guardias apuntaran hacia él, ansiosos por conocer su destino. Con premeditada lentitud, busco en su móvil la canción adecuada para la ocasión. La estancia se lleno de la deprimente:
- “
Why can't we be friends?
Why can't we be friends?
Why can't we be friends?
Why can't we be friends? “
- Bueno señores, ya saben que algo se muere en el alma cuando un amigo se va.- se acercó a uno al ritmo de la música- Why… - canturreaba- La cosa es simple. Sois una puta mierda, las heces de este sistema capitalista desalmado que lleva a gente honrada como yo al robo, el estupro (que no sé muy bien que es pero queda cojonudo decirlo) y la desesperación mas absoluta. La cuestión, como supongo que estarán de acuerdo conmigo, es que, ahora que tengo a un gilipollas (amigo suyo por cierto, pero quizá no se bueno que me lo recuerden) pegando tiros; y unos cuantas subnormales tarados excedentes de la Guerra del Golfo, tocados con gas; no puedo perder el tiempo en prioridades no esenciales. Ahí fuera tengo cincuenta rehenes buenos de verdad, con apellidos compuestos y collares de diamante y perros con nombres de más de dos silabas; y como comprenderán, ustedes, pobres mierdas que no sirven para negociar, pero se pueden escapar y en teoría saben manejar un arma, son un oscuro objeto de deseos para los tipos que rulan por ahí. Lo siento, pero un hombre es lo que hacen de el las circunstancias. Y las circunstancias negativas son mucho más efectivas que las buenas. Bueno quizá no, pero quiero pensar que si. La cuestión es que ¿Miente o no el niño Jesús? Ah no perdonen, que eso no viene a cuento ahora. ¿Pero miente o no? No lo sé. Puede que nunca lo sepa. Es una vergüenza, lo sé. Pero ustedes, afortunados como son, van a poder hallar las respuestas. Casi les envidio. Quizá después de matarles me suicide. Es más, seguramente lo haga. Pero a lo que vamos. ¿Que prefieren para morir? Pistola, revolver, o fusil de asalto. ¡Vamos, digan, digan, no tenemos toda la tarde! ¿Tú qué prefieres pelirrojo? ¿Dios que indecisión!?¡Bueno, elijo yo! Cara, te mato lenta y dolorosamente! ¡Cruz, te mato de un tiro limpio entre ceja y ceja. Veamos... cruz. Bueno, esa no vale. Vaya, cruz de nuevo. ¡Qué mala suerte tengo! Cara, bien, bien, bien. PODEMOS. Vale, escojo la Uzi.- desenfundo el arma de su sobaquera- Un buen arma. Pueblo curioso el de los judíos. Mataron a casi todos en el Holocausto. Pero aprendieron entre otras cosas, a lo largo de la historia, a fabricar armas, que son instrumento de muerte, como los mejores. Bueno, nunca vacíe un cargador entero en una persona. Vas a ser el primero. Pero espera. Aunque la sala esta insonorizada, por si acaso voy a darle un toque más íntimo.- encendió un tocadiscos de los años treinta y coloco uno de boleros. Y con la inmejorable música del bolero de Rabel, apretó el gatillo a quemarropa contra aquel hombre.
Los casquillos caen uno a uno.
Las balas rompen una a una.
La sangre, a gotas, cae una a una.
Pero la muerte es solo una.
Pero aunque sea una sola, tarda mucho en llegar.
Otra bala.
Otra más.
Otra.
Karl May sonríe. Disfruta. Cada vibración le acerca a la felicidad. El color rojo del fuego le ilumina el rostro sonriente. Las explosiones restallan en el ambiente. Diecisiete balas ha tardado en morir.
Diecisiete. Pero sigue disparando.
El cargador cae.
- ¡El siguiente!
Pero a pesar de que disfrute, comprende que no puede tardar tanto con el resto. Bueno, lo bueno si breve… Con un fusil Akaban tardara menos. Los tipos patalean, lloran suplican, pero no les sirve de nada. Las esposas no ceden, pero los huesos sí. Pum ,pum, va cogiendo ritmo. Ahora es la velocidad precisa, la necesaria, la buena. Un cargador no es suficiente. Dos tampoco. Tres sí, pero gasta otro más. Salen baratos, después de todo.
Por fin termina. Comprueba que ni una gota de sangre haya manchado su esmoquin. El olor a pólvora y a cordita, a sangre, a lagrimas y orines le irrita, y con el pañuelo de seda bordado en la nariz sale de la sala triunfante.
- Honey, I am home! ¿Me añoraste? – dijo abrazando con fuerza a la joven- Siento haber tardado, pero soy un esclavo del trabajo. No te pongas pesada, ya lo hemos hablado miles de veces. No me pongas esa decisión entre mi trbajo y mi familia no puedo elegir, tu lo sabes. No, no te pongas así, no soy yo quien debe.. No, no hagas eso, no te pongas a chillar, no lo soporto. !Maldición! – Y CON SU MANO DERECHA DESCARGÓ EL PUÑO CON FUERZA.- ¡Oh, lo siento, cariño, no lo volveré a hacer! ¿Me perdonas? Ven bailemos, ven. Y la abrazó con fuerza. Ella no se resistió. -¡Música maestro. ¡-Y con la izquierda, por detrás de la espalda, conectó el móvil de nuevo.
- “ Paseando en tu jardín, mil mariposas,
Comenzaron a decir cosas hermosas,
La más bella de las mil,
Beso una rosa, y
Después se fue hacia ti,
Maravillosa…”
Y al son del Valls ambos danzaron por el amplio de la sala, mientras sacian círculos en el centro con sus pies. Y Karl apoyo su cabeza en el hombro de su compañera, y aspiro el aroma de sus cabellos y allí quedo unos instantes…
- ¿Christof, me oyes?
- Claro jefe.
- ¿Dónde está Jon, el guerrero americano?
- En la sala de personal. Ya se ha cargado a dos. A Unamuno y a Goytisolo.
- Joder, que hijo de puta. Bueno que se larguen, ya lo soluciono yo. ¿Qué hay de los otros saltimbanquis?
- Están a tiros con los grupos francés y americano. No les va bien, por lo que parece.
- Timen un tirador, así que cuidado. Bueno, me ocupo de Jon y voy para allá. Dame cinco segundos, ¿Vale?
- Claro, Boss.
- Yo conduzco. Ella me guía.-y saco su revólver. -Veamos de que están hechos esos cabrones. ¡Cabrones, vais a morir vivos!
Y con un chillido despareció escaleras arriba.

1 comentario:

  1. Querido amigo Dani no sabía yo estas tus dotes de escritor. Conocía las de cantante pero eres un hombre polifacético. Un abrazo. Me reí mucho con lo de Abidal

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