jueves, 28 de noviembre de 2013

¿Recuerdos del Futuro?



Día 50. Año 6.
08.22 a.m.

-         Estamos frenando,  señor. En unos segundos habremos llegado.
A su lado, Matt y Krugman asintieron. Matt cerró los ojos un instante y trato de relajarse, pero cuando los entreabrió vio al médico musitar algo. No lo podría asegurar, pero Matt estaba casi seguro de que estaba rezando. ¿A quién coño estaba rezando? ¿A Von Neumann? ¿A Ramanujan? ¿A Spinoza? ¿A quién diseño la capsula? Comenzó a reírse para sí. ¡Que estupidez, pensó! Un montón de átomos que se movían en todas las direcciones rezando! Quizás rezase a un agujero negro. Acertada metáfora, sí señor.
Los paneles se pusieron en naranja y comenzaron a llegar cascadas de lecturas de todos los sensores. La velocidad se reducía gradualmente, y una docena de monitores mostraban cámaras en tiempo real hacia todas las direcciones, amén de dos reconstrucciones en 3D de la propia capsula descendiendo.
Lilium trato de centrase entre aquella maraña de datos, pero todo parecía transcurrir sin problemas, los datos eran todos correctas y no había problema alguna. Con un gesto de su mano, aparto otros pensamientos de su mente. Lo importante ahora era aterrizar. Y ya casi estaba…
La maniobra fui fluida como la seda. Velocidad, Angulo y trayectoria iban según lo previsto. Todos los cálculos eran correctos.
Todo iba bien.
Krugman miró hacia sus muslos, mientras rezaba más y más fuerza.
A su lado, Matt no paraba de reír.
Todo iba bien.
Y sin embargo, Lilyum no paraba de pensar en aquello.
Todo iba bien.
Y sin embargo…
Algo sacudió su mente, y una nerviosa mano se crispó de pronto sobre los frenos de emergencias. Lilyum se inclinó hacia adelante, los ojos fuera de las orbitas y todo su nervio estallo en los músculos temblorosos.
La nave tomo tierra justo ahora, y un pavoroso estruendo se fue apoderando de toda las cabina.
Lilyum estaba blanco de puro terror, y se llevó las manos a la escafandra.
Krugman no se dio cuenta, pues seguía rezando, pero Matt lo miro con extrañez, y grito algo que se perdió entre el ruido del motor.
La nave tembló de arriba bajo al posarse; y Lilyum, ya fuera de sí, trato de arrancarse los cinturones. Pero no pudo, pues tenían cierres automatizados, y en su paroxismo comenzó a gritar endemoniadamente alto.
En su paroxismo, su mano derecho avanzo entre temblores a los paneles que tenia a su derecha, y empezó a teclear algo nerviosamente.
Matt, con los ojos fuera de si, lo miro con estupor. Lilium estaba introduciendo nuevos datos en la computadora !Estaba tratando de despegar de nuevo! Luchando para moverse en su asiento, su mano derecha agarro la del teniente mientras gritaba.
- !Estas loco! !Detente, puto tarado! !Nos vas a matar a todos! !Para! !Para de una vez!
Puede que no le escuchara por encima del sonido de los motores, pero Lilyum no le hizo el menor caso. Tratando a la vez de teclear y de librase de la mano de Matt, el teneitne trastabillo, sus dedos resbalaron por el teclado y la ultima orden no se introdujo.
Con un aullido de rabia simiesco, Lilyum descargo el puño cerrado sobre la cabeza de Matt. Pero la escafandra era algo mas dura que eso; y retiro la mano dolorido.
Krugma continuaba rezando.
Una ultima sacudida hizo temblar la nave, tumbando a todos contra el respaldo de sus asientos.
Y de repente, la nave se posó con toda suavidad, los motores callaron y volvió el silencio.
Todo iba bien.
En la escafandra de Lilyum, sin embargo, se veía que algo empañaba desde dentro el cristal...

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