martes, 18 de septiembre de 2012

El Ocaso de los Dioses




Mooberstam, 19 de Marzo del 296.

A ambos lados de la entrada de la Catedral, el brutal gentio se apiñaba como una jauria de perros enrabietados. Ni siquiera la determinada acción de los Guardias, la punta de sus lanzas, el brillo de sus espadas y cuchillas les hacian retroceder. La gente peleaba y disputaba por un angulo de visión mejor, gritaba de emoción al ver cualquier penacho, pensando que se trataba de la Real Comitiva; sacaba los codos; pisoteaba, rompia y desgarraba. De vez en cuando se escuchaba el grito de alguien al que habian robado la bolsa; el chillido de alguno al ser pisado; las voces de algunos que peleaban; los gritos de los ancianos que se desmayaban agobiados y las quejas y los insutos.
Los guardias se empleaban con dureza; una y otra vez comprobaban la fuerza de sus brazos y la resistencia del mango de las lanzas contra la cbeza de los que se negaba a acatar los ordenes. Por fin, desesperados; habian recurrido a su ultima baza: la Guardia a Caballo habia cargado contra ellos, aunque cgolpenado con la parte plana de los sables, no con la hoja. Entre gritos de apanico, la multitud habia retrocedido por fin, y ahora, los guardias aprovecharon su momento para ocupar el sitio y bajar las lanzas y hacer asi de verja viviente. y llegaron a tiempo. apenas consiguieron dominar al gentio, Baskthak hacia su triunfal apariciión en el otro extremo de la Avenida de los Triunfos.
El Coro de los Cielos alzó sus refinadas voces, miles de petalos de rosa fueron arrojados a su paso; cientos de aplausos espontaneos se desataron cuando la Carroza Imperial cruzó el umbral del Gran Arco de las Victorias, cuyas cuatro bases estaba formadas por cuatro colosales estatuas de marmol negro; estaba hechas de una sola pieza; y habian sido capturadas en alguna lejana guerra tiempo ha. Varios generales se disputan su captura y su honor, varias leyendas se centran en ellas, incluso, segun se dice, las estatuas no pertenecen a un solo triunfo, si no a varios; segun las teorias mas aceptadas, lam enos la cuarta, la que tiene un parecido mayor con una mujer, es posterior; las otras tres, que simulan gigantes o dioses encadenados  de pies y portando la boveda; son mas parecidas. Sea como sea, son estatuas de una valor tremendo: se dice, que doce hombres unos encima de otros, no alcanzarian a superar su cabeza, aunque si lo haria el trece; el catorce, segun otros. La boveda, era un represtanción del mundo, aunque como tenia más de doscientos años; estaba muy deslucida, y era mejor que fuese asi, pues tenia enormes inexactitudes.
La Carroza siguio su marcha, ignorando a la multitud, y a buena velocidad cruzo la avenida entre gritos de juilo; y tras describir un buen círculo frenó enfrente de las escaleras de la Catedral. Apanas puso pie en tierra, ciencuenta y cuatro campanas redoblaron a todo lo que daban; la Guardia de Hierro bati escudos contra lanzas, doscientas parejas de palomas blancas y negras se lanzaron al cielo, y lo más granado de la nobleza bajaba de carrozas y caballos y hundieron sus cabezas mientrras ofrecian sus capas de mrito y seda para que el Glorioso Vencedor no tuviera que sufrir la desverguenza de hollar una mota de polvo ; ni sus pies ofenderse por rozar tan siquiera la humedad de las losas.
Las veintidos escaleras de la entrada cedieron ante su impaciencia; y el Sumo Sacerdote, que aguarda arriba, se descubrió y retrocedio entre reverencias haciendose a un lado: solo Baskath tendria el honor de entrar primero.
Con ambas manos empujo los portalones, que cedieron como por ensalmo ante su descomunal fuerza. Con paso de hierro recorrio la Catedral, camino del Altar principal; el resto de la comitiva entro respetuosamente en silencio; detrás, con la cabeza inclinada, y se distribuyo de pie: dado que nadie podia sentarse en presencia del Emperador, los bancos habian sido retirados. Incluso se habian dispuestos cortinas y tapices colgando a un brazo de las paredes para que nadie tuviese la tentación de apoyarse en nada. Los Sacerdotes entonaron un salmo y esparcieron incienso con generosidad por toda la sala.
Baskhtak  habia llegado ya al altar; y mientras la gente se colocaba el permanecia de espaldas, con loos brazos abiertos y rigidos. Estaba colocado entre dos montones de joyas, oro, reliquias y armas, dispuestos en confunso montón. El resto de la Sal estaba oscura,p ero el esta recubierto por la luz que llegaba desde las vidrieras; y un manto rojizo lo recubria.
Cuando el último de los invitrados entrro, sonó una campanilla por algun siito y los sacerdotes callaron.  Aún de espaldas, se quito la capa y la arrojo tras si; tiro de su cinto y cayó la tunica de seda; sus manos luego manipularon algo en su pecho, y la armadura que le recubria el pecho cedió con aparatosida y fragmento a fragmento se derrumbó sobre las losas con estrepito. Volviose entonces, desnudo de cintura para arriba, y todos pudieron admirar la potencia de su pecho, el poder sus brazos, la anchura de su espalda. Abrio las manos y se dio la vuelta: catorce campanas y veintisiete tambores restallaron a la vez. Asió la Corona que estaba encima del Altar y se la ciño orgullosamente sobre la frente.
De un agíl salto; se acercó a uno de los montones y cogio una espada de buena factura, y mostrandola a la audencia, proclamó:
- !Armas! !Oro! !Joyas!  !Meros jueguetes en manos de reyes!!Bah! !Arena y polvo! No hay poder si gloria. No hay fuerza sin sabiduria. ¿No esta escrito que el rey inocua es como el león que acomete, como el oso que embiste, como hiena que gruñe para su pueblo?  !Armas! !Armaduras! !El opio de la mente debil! !Joyas! !Oro! !Yugo! !Grilletes! !Malos amos y peores sirvientes! !No hay poder sin ostentación! !No hay gloria sin poder! !No hay batalla sin muerte, ni guerra sin sangre! !No hay poder que no se tema! !No hay piedad ni crueldad! ! Ambos impostores deben ser tratados igual ! !Son solo sombras, fantasmas, ilusiones, reflejos! !No os relajeis en la victoria y no os arrebataran el triunfo! !Conoceis la tradicion! En este altar hay una corona. - dijo, y restituyo la que llevaba a su sitio- Yo la he llevado. Ahora hay una sola. Si la Corona no esta alli, el Imperio se resquebrajará. Ella guarda el equilibrio.- cogió aire- Pero sabeis como yo, que aquel monarca que quiera ser digno de ceñirsela por segunda vez, debe liberarla del altar trayendo un presente que iguale su magnificiencia para que  Imperio no se destuya. Sabeis cual es este triubuto. A cada lado de la corona hay un alatar, uno en cada dirección, cuatro en total. !Cada uno de ellos agurada mi tributo! !Las Cuatro Coronas serán mias, pues mios serán el Este, Oeste, Norte y Sur! !Nada se me opondrá! !Nada osará desafiarme!! Pues yo no me haré al mundo! !El mundo se hará a mi! Hoy- dijo, bajando el tono, hasta los pulmones regios tienen un limite- Hoy habrá quien me llame loco. Me llamarán loco, sin duda. Yo he venido a ofrecerles esto- dijo señalando su cornoa- Pero si se niegan, tendrán esto- dijo semalando a la espada en el suelo. Y el destino de sus gente sera esto- y señalado una antorcha que colgaba junto a elo- Hoy me llaman loco los que no comprenden, los que no quieren comprender, los que ni entienden ni entenderán.Mañana, mañana me maldeciran sus viudas, me despedirian sus cenizas, me bañare en sus lagrimas. Mañana veremos quien son los locos. Mañana... Si, mañana lo veremos. !Pues yo soy Kroom, y soy supremo!  !Los mismos dioses envidian mi suerte! !Yo soy Kroom, y Kroom soy yo!- y terminó jadeante.
Un atronador aplauso estallo. Mil vivas se perdieron en el aire. Sonaron las campnas, redoblaron los tambores, estallaron las trompas y cuernos. Los sacerdotes rodearon al Emperador, y entre incienso y bendiciones le proclamaron Monarca de Todo Cuanto Acontece, Señor de Todo Cuanto Perece, Rey bajo el Cielo y Sobre el Mar.
El desnudo su acero y aulló con su voz de tormenta:
- !Con mis mismos brazos determinare la vida! !Esparciera la muerte! !Pues vida y muerte son mias por derecho! ! Proclamó que se hará justicia, pues yo Soy la Justicia!
Justicia Suprema, fue anunciado.
Los aplausos no cesaban, lejos de ello, aumentaban hasta el cvertido. La Catedral retumbaba con ellos, y parecia que iba a ceder de un momento a otro. Al otro lado de los muros , tambien se oin gritos alborazados. el discruso habia sido transmitodo al gentio reunido punto por punto por varios pregoneros de voz potente. Basthak no iba a malgastar su voz en aquellos perros, pero si era necesario que supieran quien era el dios y quien las hormigas, y asi se hizo.
Los bnrazos flaqueaban, las gargantas enrojecian; pero nadie paraba ni por un segundo.
Por fin, el Emperador alzo sus brazos y se hizo el silencio. Con majestupsoidad, recogió la capa y la puso sobre sus hombros. La anudo sobre sus garganta en un broche de Oro, y se dirigió hacia las puertas.
Mientras salia; toda la Catedral, desde el mas minusculo sacerdote hasta el mas alto noble, se puso a recitar:
"Tu caminas solo.
  Tu vences.
  Tu conquistas.
  Tu destruyes.
  Frente a ti cede
  El escudo y la lanza,
  La muralla y la torre,
  Nada se te opone,
  Nada te resiste.
  Tus dedos mellan el acero,
  Queman el fuego. 
  Ante ti todo se quiebra
  Nada se te oculta,
  Todo se te revela
  Tu caminas solo
 Tu mirada enciende
 Al mundo como
 Chispa en cañaveral
 Los Cielos te son escasos,
Los mares no te sacian.
Tu caminas solo
 Y solo lo harás,
 por siempre
y siempre
asi será

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