jueves, 27 de octubre de 2011

Terminator II: el Juicio Final

Von sentía como el odio aumentaba en el, mientras arrodillado limpiaba la sangre escarlata de la armadura de Kronos, deambulando en la parte invisible de su ser, dentro de su caparazón, esperando y sangrando.
Nuevamente limpió su sangre del suelo, esta vez más brillante, y pensó que todo lo que estaba pasando no podía estar pasando, que era una blasfemia tridimensional; un universo abocado al caos más absoluto.
En sus ojos rojos y dorados brillaban con una luz distinta; ya no podía controlar sus temblores; esa no era la manera en que había imaginado, pensó; tenía un mal presentimiento, ¿Como coño llegué aquí?, y se rió en voz alta, desearía que no me gustara esto, ¿Es un sueño o un recuerdo?
Sentado en la oscuridad no podía olvidar. Todo el tiempo que no fue…
Otra amarga historia, otra ironía del destino…
Otra vez no podría volver atrás…
Había vendido sus emociones por un contrato, y eso era lo que ahora tenía.
Y había llegado hasta aquí, y eso era todo.
Ahora todo estaba muerto, y escuchaba voces dentro de su cabeza…
Y pensó…
Que la vida es sueño…
Que nunca estuvimos vivos…
Y no naceremos de nuevo…
Pero no podíamos vivir con…
La tortura de la memoria en nuestro corazón…
Y recordó aquella frase de… ¿Cómo se llamaba?
Albert Einstein…
Si lo hubiera sabido, me habría hecho relojero.
Pero de pronto guardo en el regazo de sus manos las manos muertas de Kronos, y recogió su sangre…
Dedos muertos en sus venas…
Y contemplo el espectáculo de sus dedos ensangrentados…
Todo esto era una locura, una locura sangrienta…
Pero no le quedaba más remedio que unirse a ella, ser uno con ella, morir con ella.
Pero sobre todo, no podía dejar que la locura ganase aquella batalla.
No podía dejar que LE ganase.
Cerró el puño con ira.
- !Doom!
Su grito se perdió en el vacio insondable.
Pero su ira se concentraría contra algo solido.
Algo muy solido…
Y en su mente enfebrecida, Doom murió un millar de veces.
Lenta y dolorosamente.
MUY lenta, dolorosamente.
Se alzó del suelo y aulló como un lobo de la tundra.
Había comenzado…
La Cacería.
Y se perdió entre los pasillos.
Von era un sabueso infernal con decadas de experiencia; pero también sabia como pensaba las presas. Estaba pulido tanto bajo la luna del depredador como bajo las estrellas del fugitivo.
Había sido tanto liebre delante de las los galgos como zorro tras el hurón.
Sabía lo que era ser carnaza de cazarrecompensas.
Fue aquella vez cuando le ordenaron eliminar a aquel mafioso que había traicionado a sus socios después de un gran golpe...
¿Cómo coño se llamaba?
Vladimir…
Pero cuando el tipo se entero puso pecio a la cabeza de Von.
Un precio tan alto que cuando Von se miraba al espejo su reflejo quería dispararle a la cara.
Tuvo a más de cincuenta buitres tras él.
No podía ni pensar en asomarse por cualquier esquina porque más de un millar de disparos abatía a su sombra.
Pero ni siquiera Vladimir pudo escapar así…
Bien lo sabia Von…
Y Doom no se iba a escapar tampoco…
Sabía lo que iba a hacer incluso antes que de lo pudiese siquiera imaginar su rival.
Cruzó pasillos uno tras otro.
Y por fin llegó la oscuridad.
La oscuridad…
Von frenó en seco.
Había pasillos que se cruzaban, había esquinas por doquier; había posibilidades de emboscadas en cada metro cuadrado.
Desactivo todo aquello que le pudiera delatar y en completo silencio comenzó a avanzar lentamente.
Von quería saber a qué se enfrentaba.
Había conseguido que Kronos le pasar en secreto los datos de su equipo en su primera charla.
Y fin de cuentas cualquier amenaza seria delectada cien veces antes por su armadura antes que por el mismo.
Y lo que vio no le gusto nada.
No era raro que Doom estuviera desesperado.
No era raro que no tuviese miedo.
Había llegado del mismísimo infierno.
Marine espacial, la clásica carne de cañón, la escoria de la sociedad reconvertida con un titulo rimbombante que escondía lo vacías que debían de estar sus vidas para enrolarse en el que se conocía popularmente como el matadero número cinco.
Pero eso no era lo peor.
No señor, no.
Lo peor tampoco era que hubiese sido destinado junto con el resto de la escoria a los mejores sitios para morir, perdidos en el vasto espacial a pelar con guerrilleros mineros, piratas espaciales del último confín o desesperados y rebeldes sin causa de todo tipo o pelaje; no, eso tampoco era lo peor.
Lo peor de todo es que era un desertor.
Un jodido desertor.
Pero no un desertor cualquiera.
Al fin y al cabo los desertores eran millones por todo el espacio.
De hecho, no se les busca activamente, aunque si eran cogidos sabían que les esperaba una ejecución sumaria y sin juicio.
Doom era la peor clase posible de desertor.
Aquella que se había cargado a un oficial antes de escapar.
O para ser correctos, a un oficial de alta graduación y a cinco de sus compañeros.
A un comandante.
Nada más y nada menos.
Y a esos si se les buscaba, porque una cosa era desertar y otra muy distinta era matar a un superior.
A eso, a lo superiores, por alguna extraña razón, le daban mucho más importancia.
Doom no podía ni soñar acercarse a millones de kilómetros de cualquier sitio civilizado.
De hecho, si lo pillaban, tendría un juicio. Lo suficientemente largo para que lo pudieran torturar a gusto antes de ejecutarlo de la manera mas retorcida y asquerosa que se les ocurriera.
De hecho, no había ni un protocolo fijo de ejecución.
De hecho, era posible que lo curaran y lo dejaran descansar un tiempo para torturarlo aún más.
Era normal que estuviera loco, que hubiese perdido el juicio, que ya no le temiera a nada.
Ya no había nada a lo que pudiera temer.
Le habían extirpado el futuro, y habían enterrado su pasado.
¿Qué le quedaba?
Por un instante, incluso sintió lastima de él.
Por un instante.
Pero se le paso pronto.
Puede que si lo pillase y lo pudiera coge vivo, le entregaría las autoridades, si podía salir de aquí, claro.
Sí, eso sería lo que haría.
Pero primero…
Su ordenador captó un débil eco, un eco que amplificado muchas veces resonó con fuerza en su cerebro.
Pero el no vio nada…
Y ya no lo vería, porque una granada repiqueteó y cayó delante suyo.
No, aquello no era una granada.
Los productos químicos de la granada, los circuitos integrados y demás llamaban demasiado la atención de los sistemas de defensa, que la detectaban con varios segundos de antelación.
Y él solo había “visto” su eco.
Con el resplandor de mil soles, aquella bengala estalló.
A Doom no le interesaba una pelea limpia. Siempre que podía peleaba con ventaja.
Y eso era exactamente lo que iba a hacer ahora.
Además, aquello era más que una simple bengala.
Emitía cientos de falsos ecos para distorsionar los radares. Emitía ondas infrarrojas para falsear los sensores. Emitía cientos de contramedidas paa cegar eficazmente a su rival.
Y lo consiguió, Von estaba completamente ciego.
Y eso era horrible.
Instintivamente se tiró al suelo.
E hizo bien, porque dos decimas más tarde la WW- FG42 de Doom atravesó la pared como si fuera papel.
Mierda.
Ciego y en el suelo como un perro cojo.
Era mejor no contestar y arrastrarse fuera del peligro…
Sus ojos y sensores pugnaban por recuperarse, pero seguía sin ver nada de momento.
Una sombra confusa sé recorto delante suya…
Pero Von no disparó.
Muchos años Doom, muchos años…
Eso era fijo un holograma, no tenía sentido que tirase una granada de conmoción y luego te dejases ver…
Pero se le ocurrió una cosa.
Con una mano desenfundo su revólver y abría fuego hacia aquella sombra mientras giraba con el resto del cuerpo.
Y tal como pensaba, Doom apareció triunfante en el otro extremo del pasillo, justo a tiempo para recibir de peno una ráfaga que le mandó al suelo.
Ahora estaban empatados.
Y Von se alzo dispuesto a rematar a su rival.
Pero Doom siempre jugaba con ventaja…
Algo brilló en su muñeca y de pronto toda la pared lateral estalló con fuerza y toda una montaña de escombros en llamas se desplomo encima suya.
La onda expansiva le batió como una lata vacía y le arrojo con fuerza a un lado y a otro del pasillo, golpeándole una y otra vez contra las paredes.
Sin saber ni cómo ni porque empezó a gatear a ciegas para esquivar a la escoria en llamas.
Y de pronto se dio cuenta de que estaba en un puentecillo sobre…
Y entonces comprendió otra cosa.
Si Doom había preparado el escenario de su combate este puente era…
Una trampa mortal.
Arrojó el gancho de supervivencia al otro lado.
E hizo bien, porque un segundo después el puente cedía y visitaba al vacío.
Von quedo colgando del borde.
Un blanco perfecto.
Giro sobre sí mismo, y mientras el gancho se iba recogiendo; abrió fuego de cobertura sobre la otra orilla.
Doom se refugió detrás de una pared.
Pero…
Demasiado fácil.
Si no había nada raro, era su última oportunidad para matarle, y entomnces ¿Por qué cedía tan fácilmente?
Así que..
Había algo raro allí arriba.
Algo raro.
Detuvo el gancho..
Demasiado tarde.
La mina arrancó de cuajo el gancho, aunque al estar todavía por debajo de la línea de suelo, no le afecto la explosión.
Una vez más, los pinchos para el hielo le salvaron la vida.
Doom apareció de nuevo, pero fue convenientemente recibido.
Pero Von estaba en muy precario equilibrio.
Doom apareció de nuevo...
Estaba jugando al gato y el ratón…
No le dejaba subir ni pensar ni…
¡Qué coño era aquello?
Un gancho se acercaba desde el techo hacia él a velocidad de vértigo.
MIERDA…
Peo Doom apareció de nuevo y tuvo que disparar para mantenerlo ocupado…
El gancho le apresó y le alzó como un pajarillo, y entonces comenzó a recular…
Era un gancho magnético, por lo que su armadura comenzó a dejar de funcionar por ls interferencias…
El arma se desprendió de su mano y se perdió en el negro abismo que tenia debajo.
Mierda, mierda, y tres mil veces mierda.
¡Mierda!
Con suavidad, el gancho le dejó colgando inerte justo en las narices de Doom, que reía torvamente.
- Hola, hola… pero.. ¡Quien tenemos aquí? Este, no es Von, el Rey de los Sabuesos, el mil veces nombrado…
- Que te jodan, mamón.
- Voy a darte un consejo. No dejes que tu vida dependa de la tecnología o te pasa esto, Von.- dijo alzando su arma.
- Pues yo voy a darte otro, mamón. No dejes que tu vida dependa de la tecnología o te pasa esto, Doom.- y alzó su brazo derecho. De pronto, lago brillo en su mano, y sonó como un chasquido, y algo salió disparado, atravesó el visor del casco y estallando con violencia en su ojo en un océano de sangre.
- La ballesta de mano amigo,¿ no es irónico? Con proyecyil de punta de diamante envenenada con curare, pero respeta el diseño básico, que tiene más de…
- ¡Que te jodan! –dijo levantado el cañón de su arma a ciegas.- por lo visto, los nanobots ya habian encontrdo la proteina necesaria para bloquear el avance dl veneno.

- ¡No, si no me dices que es irónico!- le replicó, y con un puntapié desvió el cañón de su arma, justo antes de que rodease con sus brazos y tirase de él, alzándolo hacia sí…

- ¡Que te pase amigo? ¡Tienes vértigo?

- ¡Qué te jodan!- dijo mientas el gancho giraba hasta situarse encima del suelo, justo como Von pretendía. En ese momento, el gancho se abrió, y ambos cayeron rodando por el piso; Doom se retorció de algún modo y logro zafarse y de nuevo apuntó con su arma.

Pero era un arma demasiado grande y pesada como para un combate cuerpo a cuerpo. Antes de que pudiera hacer nada, Von agarro el cañón con ambas manos y se la quito, arrojándolo lejos de sí; y dio un saltito hacia tras.

Ahora era un combate limpio.
Cara a cara.
Ambos gritaron y aullando cargaron hacia adelante en un duelo animal, carneril.
Pero proporcionablemente, había menos distancia entre el arco y el arcabuz que entre las armadura de Von y la de Doom.
Para uno, una buena noche era rodearse de prostitutas maetras de las artes del placer en un hotel-casino de lujo.
Para el otro, lo era acostarse en algún motel de tercera con alguna desesperada que cobraba por horas.
Y eso bastaba para marcar las diferencias, como todo en esta vida.
Era la hora de las tortas.
Y tú, Doom, pierdes.
Para Von, se movía a cámara lenta.
Esquivo con comodidad su puñetazo, se agachó y le encañono el plexo solar, lo suficiente para que se doblase y le arrancase los dientes de cuajo del segundo golpe.
Doom cayo redondo.
- Se acabo, Doom. Cara a cara no tienes nda que hacer.
- Tu lo has dicho, Von. Cara a cara…- y volvió a sonreír.
Su muñeca izquierda brillo, y ua descarga se cerró obre el cuerpo ya dañado de Von.
Von cayo entre gritos de agonía.
- No quería hacerlo, Von, no era justo, no era como había planeado, pero no me dejaste alternativa.
- No lo hagas. Le dijo entre gritos.
- ¡Ja, ja, ja, ja!
- No lo hagas… es una orden.
- ¡Eh?
De pronto algo brillo en sus manos, y un rayo de energía pura brotó de ella, y un instante después alcanzo a Doom en el pecho, reventándolo literalmente en pedazos
- Alguna gente no sigue las indicaciones, ¿Eh? ¿Creíste que no encontraría contramedida nunca? Bastaba con redirigir la energía hacia algún tipo de arma, ¿Verdad?
- Hijo de puta…- pero algo activo en su mano derecha.
La explosión que siguió no pillo desprevenido a Von, pero no por eso le dolió menos cuando su espada se comprimió hasta casi tocar el pecho.
Von habia ordenado la autodestruccion de aquel arma.
Sin fuerzas, cayó el suelo, aunque por fortuna los cierre explosivos de su armadura le habían salvado la vida de nuevo.
Sus labios besaron el suelo de nuevo, pero de nuevo tasmbién su tez se alzo una vez más.
Doom se acerco arrastrándose com,o un reptil con su laser de reparación brotando de su diestra. Con sus últimas fuerzas, trato de méterselo ente ojo y ojo.
Con sus últimas fuerzas, Von le sujetó de la muñeca y trato de impedírselo.
Pero…
La zurda de Doom se disparo hacia su mandíbula y Von sintió como el puño metálico le alcanzaba sus dientes desprotegidos.
Y Von comprendió que ya no tenia armadura, que en su última esfuerzo esta se había
quedado practicamente inutil para salvarle, y lo estaria durante muchos minutos, y eso si tenia suerte...
Y todos sus dientes salieron desparramados mientras su mandíbula se abría en un angulo imposible y quedaba muerta.
Von nuca habia recibido un golpe tan brutal en todos sus años de carrera.
La armadura de Doom aun funcionaba y eso le daba una ventaja letal.
Empezó a gatear para escapar.
Doom no le persiguió.
Al contrario, riéndose recupero su arma y apunto tranquilamente.
Von gateo, cruzo detrás de una caja y volvió a salir gateando para escapar a la desesperada hacia…
Demasiado tarde.
Doom todo lo que tenía que hacer para para ganar la partida era abrir fuego .
Y así lo hizo.
Fuego.
Se rió como un loco.
Pero otra vez ya se había reido como un loco y ..
Esta vez no seria diferente.
El terrible revolver de Von chasqueo...
El disparo de Doom atravesó la imagen limpiamente y a Doom se le acabaron las risas.
Ahora vendrían las lágrimas.
¡BLAM!
Y mientras Caía, Doom comprendí que lo que había salió de detrás de las cajas no era Von, sino un h…
El impacto le doblo las rodillas. Doom quedo asi, con las roillas dobladas, los brazos colgando, la cabeza hacia atras y ofreciendo el cuello como en un banquete para vampiros.
Su arma se descolgo a camara lenta de sus manos y rodó por el suelo, aun humeante.
Del terrilbe crater de su pecho manaba un manatial de sangre como de un torrente en tormenta.
Era la viva imagen de la derrota mas completa.
Todo lo que vio por ultimo era el gigantesco revolver delante de sus ojos.
- Doomed space marine.
BLAM.


p.d Siento el ochaco, pero quiero cerraresta seria ya para dar comienzo a la siguiente.
http://www.youtube.com/watch?v=PbQ5dCJTNC4

sábado, 22 de octubre de 2011

Total Recall

Pero su risa se ahogó cuando vio como el poder enrollarse y concentrarse alrededor suyo, cuando le vio refulgir como una estrella naciente en un universo cansado, y el tremendo poder acumulado generó un enorme pulso magnético en forma de huracán que repelió a la armadura y a su poseedor con respecto al suelo seis metros en el aire, lo justo para pasar por encima de las cabezas de aquellos monstruos horrendos y aterrizar con suavidad en el piso, cara a cara.
Doom abrió la boca y exhalo un terrible grito mudo.
Kronos alzo sus poderosas manos y el poder refulgía en ellas con ansia asesina.
Doom inspiró y se agachó en un gesto de temerosa sumisión.
Kronos torció el gesto con una expresión terrible.
Doom inspiró.
Kronos…
Kronos…
Kronos dudo y finalmente no hizo nada.
Doom se rio ahora y mirándole a los ojos le dijo:
- ¿Qué te pasa amigo, no me ibas a matar? ¿Quizás te enfriaron las ganas esa cristalera que tengo detrás? ¿Por qué? ¿Por qué te matarían a ti y a tus amigos? Montón de mierda.- Saco un pistolón; un revolver de la misma modelo que el de Von, pero que imitaba un mosquete de mano antiguo. – Durante un tiempo fui como tú, ¿Sabes? Creía que te entendía. Y luego comprendí, como, detrás de ese concepto de hombre si cara, de hombre sin miedo, de Dios en suma, comprendí, lo patéticamente que estas infectado por el virus de la Duda. Yo no hubiera dudado. Yo hubiera disparado.- y según pronuncio estas palabras, abrió fuego a bocajarro. Un agujero enorme, y una montón de pequeños cráteres; mas adornaron la armadura y el cuerpo de Kronos,. que tambaleándose, retrocedió patizambo y cayo boca abajo encima de la barandilla; allí quedo en precario equilibro mientras se llevaba las manos al pecho en un fútil intento de tapar la herida.- No te das cuenta de cuan estrecho es tu concepto de Dios. Un dios no juzga más que a sus inferiores. Tú juzgas. Pero son incapaces de juzgar aquello que les supera. Como ellos, juzgas. Pero no eres el mismo juicio. Aún los mismos dioses perecerán en el Ragnarok, en el fin de los tiempos, hundiéndose con el universo que los contiene. Serán juzgados y declarados innecesarios, redundantes una vez hayan creado el cosmos. Yo por ello te declaro inútil, y decreto tu exterminio. ¡Yo soy Doom! ¡Yo soy el mismo juicio! – y alzó de nuevo su arma.
- Déjate de contarme historias, y mátame de una puta vez.- dijo en un hilo de voz.
- ¿Matarte?- le contestó mientras apoyaba el cañón de su arma en la nuca de Kronos- ¿Matarte? Yo no quiero matarte, Kronos. Eso seria demasiado fácil. Cualquiera puede matarte. Yo solo quiero destruirte, aniquilarte, conseguir que nunca jamás hayas existido. Esa es la paradoja del Ragnarok, Kronos. Una vez exista, nadie se acordara de él, nadie vivo podrá recordar el juicio. Es a la vez supremo, todopoderoso e inexistente, porque nadie se acordara de él. Ni siquiera, lo supremo permanece. ¿Qué irónico, verdad? La vida es así ¿Y la muerte? Ahora lo sabrás, Kronos.
Kronos había escuchado el discurso final sin hacer ningún ademan de moverse, de defensa, admitiendo tácitamente la derrota, pero en ese preciso instante sus ojos volvieron a brillar con fulgor asesino, sus dientes crujieron y la sangre brotó de sus labios rotos, y se preparó para…
No tendría tiempo de hacer nada porque el gatillo ya se estaba moviendo y no había nada más rápido que el…
Mentira, si lo había.
La luz.
Con un relámpago azul, la energía broto de las manos de Kronos, se pego a la bandilla, cuzo el suelo de acero humedecido por la sangre y restallo en el cuerpo de Doom , cinco mil voltios de derrota, unas milésimas antes de hacer el camino inverso a través del cañón del arma y golpear con un poco menos de dureza a su emisario. Kronos chillo, pero no de dolor.
Chillo como chilla un asesino cuando en el último segundo asesta un golpe a un enemigo que ya le contaba como perdedor.
Chilló como un vencedor chilla en el último stint.
Chillo de placer.
Chillo de placer asesino.
De placer suicida.
Chilló como chilla un kamikaze que sabe su fin próximo, pero también del enemigo que le dispara.
Chilló un instante y se supo inmortal.
Chillo un instante y supo que Doom era mortal.
Y Doom chilló.
Chilló como chilla alguien que es arrancado de la cima de la victoria total para ser entregado al abismo de la derrota eterna.
Chilló y supo que había perdido.
Podía matar a Kronos, pero jamás lo destruiría.
Y mientras caía lo hizo también su arma
El revólver tenía ya el gatillo apretado, y unas decimas después el percutor golpeó y el arma se disparo sola.
La abrasadora ráfaga solar arranco de cuajo el pie de Kronos y un trozo de barandilla, esta cedió bajo su peso y su ocupante hizo una voltereta en el aire y se desplomó a saco en el suelo sobre su espalda.
Viendo una presa fácil, una de aquellas dantescas criaturas se le acerco y le intentó enganchar con una de sus garras.
Pero aun quedaba algo de electricidad en su armadura, y con un terrible chillido y una terrible vaporada de carne quemada se deshizo en el aire.
El resto viendo el resultado, se apartaron del cuerpo con un temor supersticioso.
Pero eso no salvaría a von, ni a Gauss, que luchaban como podían por su vida.
Y solo podían ofrecer una pétrea resistencia para mantenerse vivos una par de momentos más.
Espalda con espalda, arrojando un aliento de llamas como dragones antiguos, pugnaban por sobrevivir.
Más de una treintena de cuerpos carbonizados se retorcían en el suelo como carbones incandescente, pero eso ya no importaba.
Solo importaba el número.
Contra aquella demoledora verdad Von había luchado una y otra vez y de momento la había desmentido.
¿Y ahora, Von?
¿Ahora qué?

Ahora nada.
Ya no le quedan fuerzas ni espíritu para nada.
Solo apretaba el gatillo de forma mecánica, pero ni siquiera tenía sangre para mantener el arma en ristre.
Ni siquiera parecía que fueran a servir e algo los ultrasonidos que antes les habían funcionado.
Ahora les incomodaban, pero volvían a la carga sin más.
Ya se iba a despedir de Gauss…
Cuando Gauss le dijo.
- Adiós.
Y antes de que pudiera reaccionar, saltó hacia adelante.
Se pregunto qué le había pasado por la mente.
Ni Gauss mismo lo sabía en realidad.
Era una idea loca, pero no quedaba otra.
Todo o nada.
O nada o nada.
Gauss comenzó a correr hacia adelante, a cargar con toda su alma para romper al enemigo.
Pero este se tiro bajo sus pies, a los brazos, a las piernas, al pecho, a la espalda, el cuello.
Gauss comenzó a ver como docenas de criaturas eran aplastadas como gusanos, como otras le bloqueaban las rodillas, como mas hacían de lastre desde su pecho y como cada vez le costaba más caminar.
Y las criaturas comenzaron a morder, a tirar, a desgarrar, y cientos de alfilerazos de dolor cuados sus dientes y garras penetraron sus placas, como los cables mordisqueados y el acido chorreante de sus mandíbulas despedazaba os sistemas con precisión de cirujano en el caos más absoluto.
Apenas podía caminar, y por fin, con más de un centenar de aquellas cosas encima, se detuvo.
Estaba a un metro escaso de las cristaleras.
Todo en su interior se desmoronaba.
- ¡GAUSS!- gritó Von.
Fue lo último que escuchó.
Un segundo después había atravesado con sus ocho toneladas de peso la cristalera.
Y mientras se escapan las ultimas motas de oxigeno de sus pulmones se rio.
Las criaturas que estaban con él, se soltaron de pronto y empezaron a patalear de forma cómica al sentir el vacio que les rodeaba.
No les serviría de nada mientras se convertían en polvo cósmico.
Flotarían eternamente por el espacio.
Ni en sus más locos sueños pensaron un destino tan apoteósico.
Gauss flotó y por unos instantes se sintió feliz: no tenia opción.
Había cumplido con su deber.
Su jefe, si estaba vivo estaría orgulloso de él.
Y si no lo estaba, pues mejor: así no se aburría allí abajo.
Sonrió mientras el frio del espacio le mordía a dentelladas de acero.
Un segundo después era confeti.

El huracán del vacío batió ahora la sala, agarrando con pasmosa facilidad con sus tentáculos a todas aquellas pequeñas blasfemias y atrayéndolas como por ensalmo en su duro abrazo.

Pero no a Von.
Previendo su jugada, había avanzado disparando hasta abrirse paso y había abrazado a Kronos mientras disparaba el gancho de supervivencia hacia el piso superior.
Cuando el viento pegó el tirón, ya estaba preparado, avanzado hacia la salvación. Cuando por fin llego, Apretó el gancho que llevaba en su guantelete Kronos y por fin salieron de la sala mientras los sistemas automáticos cerraban la puertas de seguridad tras de sí.

Todo había ocurrido n unos segundos.
Snake estaba muerta.
Gauss estaba muerto.
Kronos estaba…
Kronos tosió sangre.
¡Vivo!
Increíble.
Pero no podía moverse, al menos no de momento…
Y entonces comprendió algo.
En todo este trayecto no había visto a Doom. Si hubiera estado muerto…
Vale, le encantaba. Estaba vivo y ahora le tocaba a él.
Se las iba a pagar todas juntas.
- ¿Dónde… don- don- de vashhhhh?- le pregunto entre siseos Kronos.
- Voy, lo mato y vuelvo. Dame cinco segundos.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Plante of Blood

Von le hizo una señal a Gauss y se dirigió hacia un lateral siguiendo la señal de radio de su computadora central. Kronos les seguía mecánicamente, sin hablar, la mirada fija, los puños cerrados, los dientes en posición de firmes.
Una trampilla de seguridad se abrió fácilmente y dio lugar a un amplio corredor que una vez recorrido daba lugar a su vez, a dos pasillos más en cruz. Una a cada lado.
Von miró a su computadora otra vez y vio la señal resplandeciente en la habitación que en la que terminaba el pasillo de la derecha. Se lo mostró a Gauss y le dijo:
- Vamos por la izquierda.
- Pero ese pasillo no conduce a esa habitación. El núcleo esta…
- Una corazonada. Hazme caso.
La puerta cedió sin dificultad. Von sacó una bengala y la arrojo preventivamente hacia adelante. El arma cayó en el suelo y exploto…
Pero no provocó la acostumbrada explosión de luz.
Y no lo hizo porque la luz que emitió murió ahogada en un océano.
Un miedo cerval les cruzó la mente cuando vieron aquello.
Solo había alguien capaz de manipular la energía en aquella estación.
Y quizá ellos se hubieran olvidado de él, pero el no de ellos.
Y aquel pensamiento (dulce ironía) les ilumino el cerebro por unos instes.
Pero antes de que el miedo cobrara forma, una puerta se cerró tras de ellos bloqueando el pasillo que tenían a sus espaldas.
Pero si creían que ahí se acaban las sorpresas, se confundían.
- Pasen, por favor; les estaba esperando.- les susurró por las radios una voz desconocida.
No tenían opción.
Derrotados, cruzaron el umbral.
Allí delante de ellos se abría una amplia sala, con unos enormes ventanales al fondo. La sala describía una ce cuyo centro estaba ocupado por un segundo nivel desde donde se veía a una figura…
- ¡Ladys and gentelman, welcome to the Arena!
- ! Doom!
- ! Quietos! – les ordenó con voz imperiosa.- no intentéis nada. No es que de todas las maneras os fuera a servir de mucho, pero no quiero que …
- ¡Cállate, sabandija asquerosa! ¡Estás muerto, me oyes! ¡Estás muerto! ¡Yo –soy- ..,.!
- Un gilipollas. No te atrevas a hablarme, payaso. Puedes que muerto fueras más guapo, pero no sé si quieres comprobarlo. ¿Qué dices, eh?
Kronos rugió de salvaje ira homicida, pero antes de que pudiera actuar Von le sujetó por el brazo.
- Se burla de ti. No dejes que te provoque…
- ¡Me da igual! ¡Me da igual! ¡Lo pienso matar! ¡Lo mataré! ¡Y veremos si entonces…
- Está bien que te quieras vengar. Esta muy bien. Pero Doom no está ahí. No seas tonto. Eso es un holograma. Está en el lado contrario. En…
- ¡Oh, Erich Von, se te echaba de menos! Tu dulce voz, tus finas maneras, tus hábiles pensamientos, tu verbo florido…- hizo una pasa y cambio el registro – tus gritos de agonía..
La descarga le batió el cuerpo como una bota aplasta un insecto. Como un títere del que se hubiera tirado con fuerza, Von se sacudía mientras el titiritero bailaba de alegría, feliz; sonreía y continuaba con su cháchara:
- Ah, la vida es maravillosa. La gente no ve la belleza intrínseca de la naturaleza, su perfecta imperfección. No la ve, no la comprende. No la entiende. Yo lo aprendí hace mucho tiempo, cuando estaba destinado en aquel jodido planeta desértico, ¿Cómo se llamaba…? Ah, si… Strike… Allí lo comprendí. Las casas, las maquinas tenían defectos. Las piezas no estaban n su sitio, los cimientos no estaban bien diseñados, las medidas no se correspondía. Y eran cosas simples, cosas verdaderamente simples, en comparación con lo que hace la mater natura; cosas que además se han hecho durante generaciones y sin prisa por animales racionales, por especialistas. ¡Y saben qué? Era imperfecto. Imperfecto. En cambio la mosca que se posa sobre la fruta es perfecta. Perfecta. Tiene más de veinticuatro mil genes perfectamente ensamblados, ningún diseñador a su cargo, el ADN de cientos de generaciones en sus venas, pero es perfecta. Se produce un fallo en miles de millones de combinaciones. Y el hombre en cambio es incapaz de diseñar una jodida casa donde va a vivir bien. ¿Por qué que mueve a la naturaleza, que la hace perfecta? Si chicos, si: la evolución. Cuando el hombre el abandono se hizo débil, se hizo… mortal. Miren el fruto de la evolución, ¡MIREN!- Y de pronto se apago la luz. Rápidos como una legión de fantasmas, una constelación de ojos rojizos cruz la sala y se disperso hacia todos los confines. Gauss soltó un grito de desesperación, pero nada pudo hacer cuando les rodearon de nuevo unos viejo conocidos.
- Un bonito cuento. Te voy a contar otro. La naturaleza es tan falible como los demás. No hace una al derechas. Tu propio cuerpo es una prueba de ello. Los ojos contiene un montón de fallos. Los conductos deferentes están sobrepuestos, mal montados y dispuestos. El verdadero fruto ee la naturaleza es la chapuza, la improvisación. – Von se alzó de nuevo de suelo y se irguió desafiante- No has entendido nada, pero n me extraña.
Eres incapaz y siempre lo has sido de entender lo mas básico. Ese será tu fin.
- Impresionante discursos, amigo. Lástima que nadie esté aquí para retransmitírselo a tus descendientes.
- Oh, no te preocupes. No tengo descendientes, pero tampoco pienso morir aquí. Y menos que me mates tú.
- ¡Y abasta de bromas!- rugió Doom. Con la mano derecha apretó el interruptor de nuevo, al máximo de potencia- ¡Ríete ahora, hijo de puta! ¡Ríete!
Con un brutal descarga, Von perdió pie y cayó desplomado al úselo entre violentas convulsiones.
- Vamos, Doom, hágalo: quiero que todo el universo se entere de que murió rascándome la espalda.
- ¿Qué dices?
- ¿Cómo piensas salir de aquí? ¿Eh, gilipollas?
- ¿Quien dijo que pensaba salir de aquí? Voy a volarlo todo. Esta estación se va a ir al infierno. Y vosotros con ella. Y yo. Todo se acabara en un bonito fuego de artificio: los misterios, las ofensas a Dios, vosotros, mi alma inmortal, ¡Todo! ¡Fuego y cenizas! ¡Rezar si queréis por que ha llegado el día del Juicio! ¡Pero en el espacio nadie puede escuchar vuestros rezos!
- ¡Y si te vas a matar de todas formas, para que tantos esfuerzos… para que matarnos a mostros y volar la estación. ¿Que mas te da todo eso? ¿Ves como eres un auténtico gilipollas?
- Ríete lo que quieras Von, pero es indiferente. Las ferohormonas han traído a mi ejército y ellas son más que de sobra para mataros. Si al menos supierais donde estoy, podrías tener el magro consuelo de llevarme a la tumba con vosotros. Pero ni eso os será dado. ! Es la hora del juicio, sucias almas de latón! ¡Arrepentíos! ¡Voy a abrir el séptimo sello!
- ¿los hologramas son muy bonitos, pero que sean transparentes tiene un inconveniente. No emiten sonido por sí mismos. Para ello necesitan un dispositivo. Y se puede rastrear la señal y triangular tu posición, sobre todo si nos das tanto tiempo contándonos gilipolleces. ¿Ves como ere gilipollas, Doom?
Doom no contesto, como si pensara en lo que acaba de oír. Y entonces aulló con ira viéndose cogido en su trampa, y chillo una orden.
Dos mil cuatrocientos pares de ojos se pusieron en marcha, pero como por arte de magia cuatro bengalas estallaron en el suelo. Instintivamente, todos aquellos pares de ojos se echaron hacia atrás.
Gauss rió.
Kronos rió.
Von rió.
Doom rió.
Y más que ellos.
Y ellos dejaron de ríe cuando vieron como aquellos ojos se oscurecían un tanto, como si hubieran interpuestos una membrana en sus diabólicos ojillos y volvían a la carga.
- Evolución, queridos. Son una máquina perfecta de superar sus estimulo negativos. Fueron diseñados genéticamente para superar ese tipo de cosas.
- Kronos, mátalo. Esta en ese piso, escondido otras la columna de la derecha. Acaba con él.
- ¡Ah sí, y cómo vas a llegar….?- se rió el.

domingo, 16 de octubre de 2011

Zathura, una aventura espacial.

- ¡Pero cómo llegamos?
- En el centro exacto de la estación estará. Será fácil. Por aquí, por aquí- les dijo señalando una pared que estaba enfrente.
Pasaron entre los robots, que aun no se movían ni hacían nada (por lo menos, nada aparente) y alcanzaron una portezuela metálica reforzada. Fue un juego de niños hacerla saltar por los aires en un par de segundos. Daba a un amplio túnel que cruzaba en vertical hacia quien sabe dónde, pues el fondo parecía muy, muy lejano: un trozo algo que tiro Von no toco fondo y siguió cayendo, cayendo….
Von se subió a una plataforma de reparación de emergencia y les invito al resto a hacerlo.
- ¿Pero tiene energía?- preguntó Snake.
- La energía solo se utiliza para subir, no para bajar- río.
Ya antes de que pudieran contestar corto con u laser multifuncional el cable que sujetaba a la plataforma. La plataforma comenzó bajar por los rieles a una velocidad cada vez mas endemoniada mientras echaba chispas como un dragón enloquecida.
- ¡Ya-juu!- aulló Gauss- ¡Allá vamos!
- ¡Pero nos mataremos!- imploró Snake.
- No, tranquilo. Esta plataforma tiene frenos manuales de emergencia.- y como para demostrarlo tiró de una palanca un poco. La plataforma re freno su marcha por unos instantes entre sacudidas y bandazos; antes de volver a relanzarse a la carrera segundos después.
- ¿Y donde paramemos? ¿Y si hay un ascensor?
- No te preocupes. Eso que tire es una sonda electrónica. Me está mandando señales todavía, y no ha tocado nada. Justo cuando lleguemos a la altura del centro paramos nos bajamos y…
- ¡EH? ¿Qué coño es eso?
- ¿Eh?
- ¡No me jodas!- bramó Kronos.- ¡Matadlo, vamos!
Pero la orden sobraba. Una especie de serpiente o dragón metálico gigantesco descendía a toda velocidad, enrollándose en el tubo como una anaconda a en un árbol, en apenas unos segundos estaría justo encima y…
- ¡Fuego!
Todos los pulmones gritaron a una.
-¡Fuego!
Todas las armas respondieron a una.
- ¡Fuego!
Los disparos acribillaron a la sierpe con fiereza, pero esta continúo su descenso imperturbable, apenas perdió unos pequeños pedazos de su estructura, e insensible los ignoro y descendió aun a deprisa.
- ¡Kronos, aniquílala!
- ¡No puedo! ¡mis armas no responden! ¡Lo siento!
Lo siento sería la última fase que resonó en el aire, porque un segundo después la gigantesca sierpe abrió unas terribles fauces metálicas; y por un instante pudieron ver que no había dientes, ni lengua; sino un terrible apéndice metálico con una sierra laser acoplado; y lo vieron pero un segundo antes de asimilarlo la sierra se había movido de sus goznes y con la fuerza del puño de un gigante cortó por su mitad la plataforma… y solo la plataforma porque sus ocupantes habían saltado un segundo antes, y sin saber muy bien porque o que hacer, se sujetaron al terrible cuerpo para no caer al abismo, como parásitos alrededor del cuello de un toro.
La sierpe no debía haberlos visto ni sentido, porque imperturbable continúo su descenso, ahora a menos velocidad. Von y los demás comenzaron a trepar muy lentamente apoyándose en las pinchos para hielo (pero que en la práctica servían para todo, más o menos) y se sujetaron.
- ¡Quedaos quietos!- les dijo por la radio en baja frecuencia Von.- Si continua descendiendo nos llevara directamente a…
Pero de pronto como si le hubieran dado un terrible latigazo: la sierpe se detuvo, se encrespo con violencia y su cabeza comenzó a intentar girar para verlos.
- ¡Mierda! ¡La radio!- se lamentó Von.
Viendo por fin a sus ocupantes, la sierpe lanzo el flanco que ocupaban contra la pared del túnel, tratando de aplastarlo, pero por suerte estos habían tanto Snake como Kronos y Von había previsto la jugada y se había situado justo encima de…
¿Pero y Gauss?
Demasiado lento para cambiar de posición rápidamente, Gauss pataleaba inútilmente por apartarse antes que…
Demasiado lento.
Demasiado tarde.
Y el flanco que ocupaba se estrello con enorme violencia contra…
Pero Gauss había saltado una décima antes.
Cayo de pie sobre el siguiente anillo que formaba el cuerpo gargantuesco de aquel robot.
Y por un instante, la sierpe siguió apretando con fuerza, con saña, con el otro flanco contra la pared, aparentemente sin advertir que en realidad su enemigo ya no estaba allí; cuando de pronto giro sobre sí misma como una hélice y se retorció con espasmos violentos y brutales, mientras los pequeño insectos que llevaba encima se sujetaban como malamente podían y rezaban para que aquella montaña rusa se detuviese de un puta (literalmente) vez. Von encendió un laser de nuevo y metió el brazo hasta el codo en aquel terrible cuerpo; su ejemplo fue imitado por los otros, y así sobrevivieron al primer asalto; cuando de pronto la jodida sierpe de detuvo en seco; y cayó como una flecha a plomo.
- ¿Qué coño hace esta loca? ¡Quiere suicidarse y llevarnos a nosotros con ella!- chilló alguien por la radio.
- ¡No! Quiere que nos acojonemos para que saltemos.
- ¡Pues lo está consiguiendo!
- ¡Aguantar! –gritó Kronos- ¡Resistir! ¡No os mováis! ¡Ya veréis como en el último momento se detiene!
- ¿Y si no lo hace?
No hubo tiempo para contestar esa pregunta, porque enseguida vieron otra cosa: del infernal cuerpo brotaron por unas espitas, millares de pequeños bots, unidades de reparación a pequeña escala, y trepando y como jugando empezaron a deslizarse cuerpo arriba hasta empezar a llegar a Von y el resto. Solo Gauss, que estaba más atrás, estaba a salvo… por el momento.
- ¡Resistir! –vociferó Kronos de nuevo- ¡Resistir!
Pero aquellas palabras no servían de escudo, ni eran mucho consuelo para Von, que con el codo derecho metido a fondo en aquella estructura (y que no podía sacar si no quería matarse en el abismo) no podía hacer nada. Estaba indefenso como un bebe, y ese era un negro pensamiento, mas si un pequeño robot te empieza a subir por el hombro y camina seguro e si mismo hacia tu cráneo mientras la luz titilante de un laser de reparación rompe la monotonía que produce caer por un gigantesco abismo agarrado a un robot gigante con forma de serpiente mecánica.
- ¡Oh, me encanta mi trabajo! ¡Ves lugares lejanos, conoces gente interesante… y la destripas!- rugió. Y descargó su puño izquierdo sobre aquel diablillo de chapa, arrojándolo al vacío. Llevando su mano al muslo desenfundó su pistola de apoyo y comenzó a disparar sobre el resto. Derribó uno, dos, tres, pero el cuarto se le encaramo a la muñeca y antes de que pudiera evitarlo le salto al casco. Con un gesto de apartarse un insecto se lo quitó de encima, pero otro mas se le subió a la mano y empezó a apuntar el láser sobre el dorso de la mano; con un grito de dolor tuvo que soltar el arma, que se perdió en la espesura del vacío.
- ¡Eh, pequeño hijo de puta! ¡Esa arma vale el triple que tú!- Su puño se cobró cumplida venganza, pero debía o bien vengarse menos o sentirse menos agraviado, porque una tras otro una veintena larga de robots se le echo encima desde un ángulo y desde otro; y aunque forcejeo y pateo y se resistió todo lo que pudo, comenzaron lentamente a asfixiar sus movimientos, a torcer su impulsos; como insectos chupasangres se comenzaron a arracimar encima suyo, bloqueando sus brazos, apiñándose encima de su casco y taponando sus visores. En unos segundos empezaría el festival de láseres y estaría acabado. Grito por radio con todas las fuerzas que le quedaban:
- ¡Ayuda! ¡Ayuda!- pero no recibía respuesta. Los otros bastante problemas tendrían con lo que tenían ya, para pensar en el. Estaba muerto… cuando su armadura lanzo una descarga eléctrica que abatió a los invasores y ls arrojo a cientos al vacío.
Pero eso solo significaba una tregua de varios segundos hasta que volviesen a la carga. ¡Mierda! ¡Tenía que pensar en algo!
Estaba harto de luchar.
Estaba harto de pensar.
Está harto de buscar la manera de enfrentarse una y otra a vez a enemigo que volvían siempre en mayor número.
Estaba harto de todo.
Pero no se dejaría llevar.
No.
Era hora de matar.
Su revólver volvió a la mano.
Y cuando la negra marea volvió a la carga le recibió apropiadamente:
- ¡Yo os bautizo…! En el nombre del Padre!- e hizo fuego a bocajarro. A esta distancia la potencia hizo que no menos de una treintena de bots salieron directamente hechos chatarra.
Von apunto otra vez el arma, desafiante:
- ¡Aquí os esperamos los tres, hijos de puta! ¡Smith, Wesson y yo!- y volvió a abrir fuego. El disparo esta vez arranco un gran trozo de metal, y unas dos docenas de bots que estaban con ella se fueron al abismo. Von se rio, lo había hacho. No había más bots que pudiera ver delante de él, no había nada…
Pero Von había olvidado un factor importante.
Las batallas actuales se libran en un entorno tridimensional.
En trescientos sesenta grados, o en este caso puede que incluso más.
Y esa es una lección que hasta el organismo más simple, la maquina más simple puede entender perfectamente.
Von lo había olvidado, y ahora pagaría por ello.
Y el mismo lo comprendió cuando una marabunta de organismos metálicos se le encaramo a la espalda. Y entonces comprendió que habían girado por el otro lado de la sierpe, recorrido la diagonal y caído dese atrás.
Una maniobra perfecta.
Perfecta para ellos, claro.
Su brazo izquierdo intento girar, pero ni por asomo era lo suficiente para encarar a …
Con la rapidez de un relámpago azul, un pequeño monstruo se le encaramo encima del casco y encendió su laser justo entre sus ojos.
Von se pregunto cuanto aguantaría el visor.
Luego entendió que era una pregunta vana.
Lo sabría enseguida.
Por eso mismo no cerró los ojos.
Un escalofrió de emoción le recorrió el cuerpo.
El laser brillo con fuerza inusitada por un instante y súbitamente, despareció a la vez que su desgraciado poseedor se desvanecía en el foso.
Y de pronto el peso que le oprimía se fue desmoronando y uno a uno todas aquellas formas cedieron y cayeron también al olvido.
Y entonces comprendió que el escalofrió que bahía sentido no era de emoción, era eléctrico.
Y miro por encima del hombro y vio a Kronos sonreírle con satisfacción. Su mano izquierda aun humeaba dentro del cuerpo del enorme monstruo. Una descarga de bajo voltaje, y aquellos pequeños seres no la podían resistir… pero ellos, con sus armaduras de última generación, si.
Y de repente todo se precipitó.
Al ordenador de Von había llegado la señal de que la sonda había tocado suelo, a tan solo unos quinientos metros por debajo de ellos. En tan solo unos segundos, se…
Pero quizá eso tampoco importase, porque como sui hubiese sentido aquella perdida como propia, el dragón metálico se retorció sobre sí mismo y comenzó a convulsionar su poderoso cuerpo, con el obvio objetivo de tirarlos fuera de su estructura, y …
De pronto todo empezó a acabarse.
El dragón se retorció (una última vez) cuando Kronos desato su tremendo poder a bocajarro con los brazos hundidos hasta el codo; el cuerpo del gigante comenzó a hincharse al compás de la explosión que crecía en su interior…
Von apunto con su mano izquierda hacia la pared y disparo su gancho magnético de emergencias. Se enganchó, pero no podía soltar su brazo, los nervios se apoderaron de él, porque si no se soltaba sería el gancho el que lo haría para evita cortarle el brazo, y su ultima oportunidad… pero recobró la calma. Aprisionado entre aquella maraña de metal, por fin apoyo el cañón del arma en la piel del monstruo e hizo fuego. El retroceso le saco disparado hacia atrás; y se quedo colgado mientras aun caía.
El dragón por fin estalló violentamente y cayó en dupla simétrica y se estrelló contra el frio y uro suelo, haciéndose más pedazos aún; y así acabo todo para él.
Los demás habían activado sus ganchos magnéticos y se habían logrado salvarse, incluso Kronos estaba allí, ya llegando el suelo cuando poco a poco, pues el gancho n les había frenado en seco (lo que les habría matado, si no hasbia aprovechado la inercia para frenar poco a poco.
Von miro a su alrededor, un incrédulo, rodeado de los pedazos aun palpitante de aquella cosa.
- ¿Qué era eso?- preguntó a los demás.
- Un robot de mantenimiento. Como el hueco central tienen varios kilómetros, no se puede reparar por operarios, incluso para robots normales es demasiado largo para trasladarse de un sitio a otro. Esa cosa viaja constantemente por el vigilando y haciendo labores de reparación, etc.…- contestó Gauss.
- ¿Pero por qué cojones tiene esa forma?
- Oh, los imbéciles que los fabrican les dan esa forma por pasar el rato, por divertirse, por que...
Pero Von ya no le escuchaba. Y no escuchaba porque Kronos ya no escuchaba. Y Kronos no escuchaba porque sostenía a Snake en sus brazos. Y dirigiendo su poderosa testa al cielo, Gauss escuchó un mudo lamento, un canto de desesperación y luto y muerte, y entonces comprendió.
Y cayó y silencioso miro a Von. Y a través de su mirilla vio el cristal empañado por una recia lluvia.
- ¿Por qué lloras?
- El es Kronos. El no llorará. Yo lloro por el.- y se calló.
Gauss posó una mano encima del hombro de su jefe y miró el rostro silencioso, sereno y bello de la cazarrecompensas; y le dedico una última mirada antes de que Kronos bajara sus parpados y la posara respetuosamente en el suelo.
- ¿Qué hacemos ahora,..?
- No quiere hablar con nosotros ahora.- Le interrumpió Von.- Pobre del tipo con que quiera hablar ahora.


P.D Siento mucho (sobre todo por fadon) n haber ido el viernes pero llevo toda esta semana con un percal enrone con el tema de los guajes de futbol. Mañana lunes no podre ir porque tengo medico, pero si que voy el martes a las 11 como siempre donde siempre. Si no podeis o no vais, avisarme dejandome un comentario... o tony montana se enfadará!

lunes, 10 de octubre de 2011

Battle Beyond the Sun

Casi parecía un combate poético, una escena romántica; un extracto del apocalipsis, con aquellos seres en un lado del ring, las maquinas en el otro, y los hombres en el medio exacto.
Casi lo parcia, y cientos de ideas sugerentes venían a la cabeza al contemplarlo; y daría para escribir varios poemas y cientos de libros.
Casi.
Pero a la hora de la verdad solo habría sangre, vísceras, chatarra y mierda.
Y solo podría haber cuatro muertes. Los robots no morirían y los otros no eran verdadera vida, por lo que no podían morir realmente.
Pero todos esos pensamientos no ayudaban a Von, así que los descartó con un movimiento de su mano.
No era el momento de pensar.
Era el momento de actuar.
Con la mano derecha en tensión de escorzo de cuadro, avanzó con presteza mientras gritaba y hacia fuego a placer con la izquierda. La derecha se poso en el pectoral contrario y descendió mientras abría el enlace manual al ordenador de su armadura. Con la mano derecha agarro un trozo de chatarra robótica y se agachó mientras aullaba una orden.
- ¡Mantened la posición! ¡Mantenerla aunque sea lo último que hagamos! ¡Vamos! ¡Quiero un muro de cadáveres! ¡Vamos!
- ¿Qué esperas conseguir? ¿Qué coño tramas, Von?
- ¡Espero forzar un empate técnico! ¡Vamos!
- ¡Está bien, te daremos un minuto! ¡Espero que sea suficiente! –rugió Kronos por encima del clamor infernal que trataba de engullirlos- ¡Bien chicos, ocuparos de mantener a esos bichos a raya! ¡Dejarme a mí a los bots! ¡Allá vamos!- gritó a la vez que corría hacia adelante.- ¡Yo soy las arenas del tiempo, las alas de la muerte, la guadaña del exterminio! ¡Y es la hora de la cosecha!- con un poderoso impulso saltó hacia adelante, cayendo en la masa metálica de docenas de robots que pugnaban por matarlo, de asfixiarlo con sus brazos metálicos, de apuñarlo inútilmente con sus herramientas, de despedazarlo ;y como una masa viscosa se pegaron a él y lo rodearon y se tiraron sobre él mientras los sujetaban, en un instinto remoto para impedir que escapase, que pensase, que actuase; que no hiciera absolutamente nada mientras sus peso hacia el trabajo; y efectivamente Kronos se vio empujado al suelo y quedo allí inmóvil con tres docenas de bots de reparación encima. Pero Kronos simplemente se rio y gritó aun más fuerte.
- ¡Es la hora del juicio! ¡Arrepentíos, sucias almas de latón! ¡Es la hora de la cosecha! ¡Es la hora del pesaje de las almas! ¡Es la hora de los lamentos y de los crujidos de dientes! ¡Es la hora del fin!
De pronto, allí abajo, como desafiando a toda esa masa de metal y a todas esas inteligencias chispeantes de cerebros de silicio, brotó una luz, una luz azul, cegadora, una luz terrible; y de pronto brillo aún mas radiante, aún más poderosa, aun mas aterradora; y como una rugiente ola montones de charra ignota antes viva ahora salieron despedazados en todas las direcciones como mortal metralla, bombardeando, desgarrando, destruyendo en ráfagas a centenares de sus congéneres, un segundo antes de caer inmóviles y quebrar su impulso en silencio.
Y resurgiendo entre los escombros, en la cúspide de aquella montaña de matanza, caminado sobre los cadáveres una figura temible reapareció con fuerza, y con fuerza alzó sus brazos y cerró los puños en desafió; y su mano temblorosa de emoción dibujo con una pequeña fracción de su insondable poder algo que recordaba a una herradura en el baluarte de su pecho; mientras gritaba:
- ¡Yo soy el fin, yo soy el Omega! ¡Yo soy Kronos, y mi nombre significa muerte! ¡Yo soy Kronos!- repitió mientras se quitaba la máscara- ¡Miren el rostro de la muerte! ¡Mírenlo y desesperen! ¡Yo soy Omega, yo soy el final! ¡Kronos!-
Insensibles a su discurso lo bots comenzaron a avanzar de nuevo cada vez más rápido, más rápido; mientras otros alzaban sus armas amenazantes…
Era inútil.
La energía se disparó en abanicos intensos, en mortíferas descargas, en crecientes mareas, como un sol acariciando un planeta con mimo; aniquilándolos pero con sumo cuidado, como un gato cazando insectos uno a uno.
Y veinte, treinta cuarenta de aquellos seres cayeron y se retorcieron y desaparecieron en un instante; y su lugar fue ocupado por otros veinte, treinta cuarenta de aquellos seres…
Rugió como un león lleno de ardiente ira homicida
Y veinte, treinta cuarenta de aquellos seres cayeron y se retorcieron y desaparecieron en un instante; y su lugar fue ocupado por otros veinte, treinta cuarenta de…
No.
No.
!NO!
Y mil veces no.
No sería ahora sí.
Nunca más.
No, nunca más.
Por un instante, reveló al mundo su poder.
El poder infinito de un dios.
El poder de la ira, de un pozo lleno de ella.
- ¡Yo soy una palabra antes que un hombre! ¡Un mundo antes que una criatura! ¡Un dios antes que un hombre! ¡Yo soy Kronos, y mi nombre significa muerte! ¡No lo olvidéis nunca!
Y de pronto el poder desatado recorrió sus venas como nunca antes las había recorrido. Sintió como formaba uno él, como se enroscaba con él, como era un constrictor, como su corazón se convertía en un agujero negro de violencia; como todo el universo se ponía de rodillas. Y sus ojos brillaron como novas, y sus dedos crepitaron de poder puro, y se estremecieron de placer; y por un instante se abrazo a la felicidad eterna, se sintió flotar, flotar tranquilamente; y ni siquiera le dio la mas mínima importancia cuando el retroceso fue de tal calibre que le mantenía en el aire; ni como su cráneo se comprimía hasta que las vibraciones amenazaban con reducirlo a cenizas; ni como sus manos temblaban y comenzaban a salirse de sus goznes; ni siquiera sintió como los cables de sus espaldas comenzaban a romperse y la baterías a expulsar acido , ni sintió cuando su cerebro comenzaba a advertirle de…
Y ochenta, noventa, cien de aquellos seres cayeron y se retorcieron y desaparecieron en un instante; y su lugar no fue ocupado por otros porque el poder los aniquilaba aun más rápido de lo que reaparecerían.
Por un instante se pudo comprobar el miedo en sus almas robóticas, y por un instante (o quizá fuera una ilusión) todos aquellos robots retrocedieron.
Kronos brillaba como una estrella en el campo de batalla, desatado, cogido de lleno en el huracán extasico de su propio poder.
- ¡Yo soy Kronos! ¡Yo soy Kronos! ¡y Mi nombre significa muerte!
- ¡Titán!- grito Gauss.
Y de pronto todo acabo. El poder se retorció e implosiono; y como un guiñapo inconsciente, como una marioneta sin hilos, Kronos cayo desmadejado y retorció en el duro suelo, rodeado de chatarra semifundida.
Un gigantesco robot de reparación de naves alzo un poderoso pie. Otros encendieron sierras mecánicas o láseres de trabajo y se acercaron listos para vengar a sus compañeros caídos.
Snake y Gauss le vieron, pero no podían hacer nada. Aunque habían encendido un par de bengalas, parecía ahora tener menos efecto; las criaturas flanqueaban y se acercaban cada vez mas; chasqueando sus mandíbulas y escupiendo acido; además trepaban al techo y caían como fruta madura en una táctica suicida, y solo una combinación de fuego cruzado y lanzallamas les hacia retroceder para volver a intentarlo escaso segundos después. La situación era desesperada, y Von parecía no reaccionar, perdido en sus pensamientos, quizás buscando un soplo de suerte antes del fin.
- ¡Titán! ¡Voy a salvarlo!
- ¡No me dejes aquí o nos matarán!
- ¡Pero lo van a matar! ¡No puedo!
- ¡Si lo haces nos mataran a todos!
- ¡Mierda! ¡Esto es el fin! ¡Von! ¡Haz algo! ¡Sálvalo tú!

Tarde.
El gigantesco pie cayó a plomo sobre el cuerpo de Kronos, aplastando de paso a siete robots que estaban encima de su cuerpo exánime.
- ¡Titán!- grito Gauss.
- ¡Titán!- gritó Snake.
Y de pronto, como si respondiera a esos gritos desesperados el pie repentinamente exploto en azul y el gigantesco robot se desplomo a un lado. Sujetando aun un trozo del mismo surgió de nuevo su figura, y el símbolo de la omega volvió a brillar.
- ¡Yo soy Kronos! ¡y Mi nombre significa muerte! – rugió triunfante.
Si esto fuera un combate justo, se daría fin al primer al primer asalto y se iniciara el segundo tras un descanso.
Opero ay, esto no es un combate justo.
No había descanso.
Los robots volvieron a la carga. Nuevos refuerzos venían dl sur, desde los confines de la nave, y…
Incuso el poder infinito tiene límites.
Titán se echo las manos a la cara, previendo un golpe y se hecho hacia atrás…
Pero el golpe nunca llegó.
Los robots estaban completamente quietos.
Como estatuas.
Gauss sonrió.
Le duro un instante la risa en el rostro.
Porque después la pared de su derecha cedió y cayó un alud de monstruosos formas, justos del lado que no había luz, justo del lado de Von.
Peo de pronto, se quedaron quitas, como estatuas, graznaron, aullaron, se quejaron lastimosamente y desaparecieron.
¿?
- ¿Qué has hecho Von, esta vez?
- Forzar un empate. Gracias a ti, Kronos,. Conseguí el tiempo necesario para hacerlo gracias a ti. Esta victoria es tuya<
- ¡Que le paso a los robots?
- Oh, como diría un amigo mío, los constipe. Ellos utilizan una señal para coordinarse entre sí. Para mi armadura de última generación fue fácil encontrar la manera de superar a esas carracas de robots e mala muerte. En cuanto a los otros, tarde un poco más la frecuencia de ultrasonidos que le disuada. Fue cuestión de ir probando. Pero a mí no se me ocurren nuevas formas ya de disuadirlos, lo he probado todo, y tenemos poco tiempo. Doom se dirige al núcleo central para volarlo y que muramos todos.
- ¿Qué dices? ¿Cómo lo sabes?
- Porque como no me fie nunca de él, le coloqué un chip de rastreo en un momento que se distrajo. Y si se dirige al núcleo central… Todo encaja, Va a volarnos, como dijo. Y él, como ya está mal de la cabeza, morirá con nosotros me imagino. O quizá piense que pueda escapar cuando vuele la estación.
- ¿Pero como coño va a volar toda la estación?
- ¡Y yo que sé! A lo mejor ha perdido la cabeza del todo. Pero ese es su plan.
- Vale. ¡Cómo llegamos al núcleo?
- Utilizando el invento más antiguo del hombre.
- ¿La rueda?
- La gravedad. !Allá vamos!

miércoles, 5 de octubre de 2011

El Libro de Eli

- ¿Empate? ¿Empate? ¿Esto es un empate¿- bramo Gauss con ganas de revancha- ¿El que es un empate? ¡Desde aquí puedo barrerlos como en un tiro al pato! ¡Y no se pueden contraatacar por la luz! ¡Dame un segundo y…!
- No- le cortó Von- En situaciones desesperadas hasta las mentes más simples son capaces de superar sus terrores más profundos. Si se encuentran desesperados pueden que atraviesen la cortina de luz. No podemos hacer eso.
- ¿Y entonces qué coño hacemos?- imploró Snake.- La bengala no va a durar eternamente.
- Cumplir con el primer principio clásico de la infantería. Ocupar la altura.- dijo señalando al lugar donde unos minutos antes había estado Doom.- Luego veremos.
- Vale, Aníbal. ¿Y cómo coño llegamos?
- Déjame eso a mí- le contestó Von- Pero ahora lo que me preocupa es Titán. Ni siquiera se ha levantado desde que se han ido. Esta allí como en estado catatónico. ¿Le habrán herido?- se dijo como para sí mismo mientras se acercaba.- ¡Titán! ¡Titán!- le grito sacudiéndole por los hombros.- ¡Hay que salir de aquí! ¡El tiempo corre en nuestra contra!
- …
- ¡Titán! ¡Titán! ¡Vamos! ¡Vamos!
- Es duro que amar y no se amado. Pero es aún más duro odiar y no ser odiado, Von.
- ¿Pero qué dices…?
- Iros. Dejarme aquí. Ya no luchare más. La lucha, la muerte, la vida se acabo para mí. No luchare más. Iros. Por favor.
- ¿Acaba de decir por favor? ¡Titán diciendo por favor?- se asombro Gauss.
- Mira, no sé qué coño te pasa, pero si crees que te voy a dejar aquí después de todo lo que estamos pasando, antes de todo lo que va a pasar; estas muy equivocado. Te necesitamos ahí fuera, Titán.
- Ya no luchare más. Ya no luchare más. Ya no luchare más. –repetía una y otra vez, sin expresión, mecánicamente, enseñando sus manos desencajadas y humeantes.
- ¿Pero qué coño te pasa?- se lamento Snake- Tu antes eras una máquina de matar, un autentico..
- Tú lo has dicho. Una máquina de matar. Eso es todo lo que he sido toda mi vida. No he hecho otra cosa toda mi vida. Matar. Eso es todo lo que he hecho. Matar. Matar. ¡MATAR!
- ¿Pero qué…?
- Igual que esas… cosas- dijo cogiendo un trozo de carne nauseabunda en su mano- Pero la diferencia es que yo he escogido convertirme en esto. Un hombre sin rostro, un hombre sin manos, un despojo asesino. No hago otra cosa porque no valgo para otra cosa. Esto es lo que soy. Dejarme aquí con ellos. Este… es mi sitio. Adiós.- y aparto la mirada.
- ¡Está loco!- se quejo Gauss- ¡Completamente loco!
- ¡Cerdo asesino! ¡Loco ingrato!- le grito Von- ¡Es qué acaso te crees que eres el único que sufres? ¿Porque te concentras en tu propio dolor? ¿Es que crees que los demás no sufrimos viendo la escoria en que se ha convertido nuestras vidas, viendo cómo vivimos de carroña agusanada, de la caza de otros seres aun más desgraciados que nosotros? ¿Es que crees que a mi acaso me gusta matar, por la mañana, por la tarde, al mediodía, a la hora de cenar? ¿Crees que mi vida es fácil? Sentir el peligro siempre, dormir con el arma en la mano, mirar detrás de cada esquina, temer hasta mi propia sombra hasta que me llegue el día? ¡Crees que yo disfruto! ¡No! Pero… -dijo, calmándose de pronto. –Fíjate. Fíjate. Mientras discutimos, mientras perdemos el tiempo tu cuerpo sigue luchando para vivir. No es una lucha metafórica, es real. Cientos de millones de seres pugnan por entrar en tu sistema; por destruirlo en este preciso instante. Y tu organismo lucha, lucha eternamente por impedir que lo consigan. Una y otra vez aniquila a los invasores. Una y otra vez estos vuelven. Están por doquier. En el aire, en el agua, en la comida, incluso veces escondidos en nuestro propio cuerpo. Y sin embargo no cede, no se rinde, no capitula. Incluso aunque sabe que es una batalla perdida y que de todas maneras alguno va a entrar y va a terminar provocando su muerte, aunque sabe que tiene un fin certero, que esa lucha, es decididamente absurda porque no se ganada nada con ella salvo alargar la agonía; lucha siempre, sin género de dudas, lucha, lucha. Y no es raro. Todos los organismos lo hacen. Desde el más grande de los elefantes hasta la más humilde bacteria toda la vida es una gigantesca lucha por sobrevivir. No contra nadie despiadado o malvado, no. Los dos bandos en contienda (si es que existen bandos) son igual de desgraciados. En realidad, si el virus provoca la muerte del portador, desaparecerá irremediablemente con él. En realidad, el virus es tan desgraciado como el portador, sabiendo que sus posibilidades son ínfimas; tiene poco tiempo antes de que el sistema de su víctima lo aniquile, un sistema que le superan aplastantemente en número, está perfectamente organizado y no le va a dar oportunidad. Y si aun consigue superar todas esas posibilidades en contra, puede que muera en su propio triunfo. La lucha es el estado natural de la vida. Es el modelo de la Reina de Corazones; hay que correr no para llegar a ningún lado si no para mantenerse en el sitio. Si corre puedes que pierdas igual, y aunque corras, no ganaras nada más que mantenerte: es decididamente absurdo, pero así funciona el juego. Piénsalo, la vida es así. No hay otra cosa, no existe otra cosa que la lucha. Nada mas existe y por lo tanto, nada más importa. Así que coge tus armas y lucha. Y no lo harás como Titán. Ya no eres Titán. Ahora ya no tienes duda, que son un deplorable fruto del miedo. Tú ya no tienes miedo, porque eres el mismo Miedo. Eres lo único que se teme. Eres Kronos. – y con su brazo lo alzó orgulloso- ¡Kronos! ¡Ve a la lucha y aniquila!
Titán le observo, y con un gesto decidido y lleno de fuerza, la mano derecha que estaba casi completamente suelta se encajo en el brazo con un sonido metálico. Luces se encendieron por su muñeca, y un peculiar sonido volvió de nuevo a rugir. Titán, ahora Kronos, estaba listo para el combate.
- Gracias, Von. No es tiempo de llorar. No es tiempo de morir. Es tiempo de matar.
- ¡Bien! Ahora salgamos de aquí.- apretó algún botón de su fusil, algún resorte, y entonces se dirigió hacia las afueras del arco luminoso que les protegía.- ¡Vamos allá!- y apretó el gatillo. Una voluminosa llamarada surgió de las entrañas del arma. Von dirigió el chorro de fuego hacia los adversarios, que aullando, chasqueando mandíbulas y chillando se retiraron en desorden. -¡Vamos ahora!- aprovechando su confusión Von dirigió el grupo hacia las escaleras. En un instante las subieron y llegaron a la cima.- ¡Gauss, cubre la escalera!.
- Ok, jefe.- pero la orden era inútil, porque ya lo había hecho y había empezado a descargar su ira contra los que les seguían por allí.
El resto se dirigió al centro, a las computadoras centrales. Von empezó a teclear, mirar las pantallas; cuando de pronto Snake gritó:
- ¿Pero esto qué coño…?
- ¡Mierda!.-rugió Titán. -¡Mierda!. El hijo de puta de Doom nos ha dejado una bomba. ¡No la toquéis…! ¿Cuánto le queda en el temporizador?
- Un minuto. Menos.
- ¡Joder! ¡Mierda! ¡No hay tiempo!
- ¡Arriba! –aulló Von.- ¡Ahí vienen!
- ¡Joder!
- ¡Tíos…! ¡Están trepando por el tanque!- grito Snake asomándose a la barandilla.
- ¡Qué os jodan!- bramo Kronos en cascada- ¡Morid! –y libero su poder de nuevo. El techo crepito y explotó, enviando una buen numero de trozos incandescentes como una docena de meteoros. Pero mas y mas se apiñaban arriba…
- ¡Necesito ayuda aquí!- dijo Gauss.
- ¡Snake, ayúdale! ¡Yo me ocupo de los que suben!
- ¡Quedan treinta segundos!
- Mierda- maldijo Von. Se asomo por la barandilla. Media docena de engendros escalaban como arañas por la pared de cristal. Su fusil canto un bolero de Fuego, derribando a uno tras otro. Pero por cada uno que derribaba subía otro más, y cada vez cian más cerca de la barandilla… era como una negra marea... Esto no funcionaba.. ¡Mierda!- ¿Cuanto tiene esto de alto? ¡Cuatro metros y medio… cinco, quizás… Vale- sacó una granada con la izquierda mientras con la derecha seguía disparando. Puso la potencia al mínimo y coloco dos segundos en el temporizador. Saco la mano por fuera de la barandilla ; soltó la granada y se tiro al suelo
La explosión tuvo lugar cuando estaba justo a la mitad. El cristal se fracturó un poco, el líquido salió a raudales y de pronto la presión dio lugar a una cascada a la vez que todo el cristal se desmoronaba. La marea arrastro consigo las criaturas, congelándolas en unos segundos, para caer en el suelo y aniquilar a todas las que estaban allí. Entre aullidos, las criaturas se dieron a la fuga mientras el líquido seguía derramándose.
- ¡Veinte segundos!- gritó alguien.
- ¡Gauss! –Gritó Von- ¡Prepárate, nos vamos de aquí!- dijo Von, y se subió a su espalda. -¡Vamos!- instigo a los otros.- ¡Vamos!
- ¿Pero que te propones?
- ¡No hay tiempo, no hay tiempo!
Snake y Kronos se subieron como pudieron encima también. Von le grito a Gauss:
- Por donde s acaba de derramar el helio, vamos, allí no hay nadie!
- ¡Pero nos congelaremos!
- ¡El helio se calienta rápido y se evapora antes de llegar al suelo! ¡No nos pasara nada, vamos! ¡No hay tiempo!
- ¡Ok!
Con un gigantesco salto, la gigantesca mole sobrepaso la barandilla y cayó tres metros más allá, entre agónicas estatuas de cristal. De pronto, sus pies brillaron con fuego, y los reactores entraron en acción, moviendo las ocho toneladas de peso de Gauss (como cuatro elefantes juntos) más las de sus compañeros hacia adelante con tremenda fuerza. Una explosion desgarradora batió a sus espldas, alncnzandolos con una oleada de metralla, pero sirvio como mas como fuego de cobertura e impulso que como arma contra unas armaduras capaces de encajar cosas muchas peores.
Como un crucero intergaláctico, salieron disparados mientras Gauss braceaba con fuerza para añadir aun más fuerza; las criaturas se apiñaron adelante para cerrarles el paso, pero el lanzallamas de Von volvió a responder, empujándolos hacia los lados con viveza. Por lo visto tenían un encendido (je, je) odio al fuego. Aullado, retrocedieron o se colocaron a ambos laos dejando para a la terrible carga.
Algunos subieron trepando al techo y comenzaron a dejarse caer como mortífera nieva negra, pero con la velocidad de crucero de Gauss no era fácil acertar desde el techo; y en el techo y en el aire eran blancos fáciles para las armas de sus enemigos; por lo que los que caían o bien eran cadáveres cuando chocaban contra el suelo o lo eran antes de chocar, o bien se calcinaban.
Aprovechándose de todo ello y de la sorpresa, el crucero mortal llego por fin la entrada de aquel laboratorio maldito y con otro voluminoso salto Gauss cruzo las puertas y salieron al patio exterior.
- ¡Lo hemos hecho!- declaró triunfante Von.- Si os soy sincero nunca creía que lo conseguiríamos.
- ¡Jefe! ¡Jefe!
- Oh, mierda...
Quizá se hubieran olvidado de sus otros problemas desde hacía algún tiempo, pero sus problemas no se habían olvidado de ellos. Y uno no puede esperar reventar más de un centenar de robots y no esperar que hubiese respuesta. Pues bien, la respuesta estaba ahora delante de ellos: no solo habían llegado refuerzos a mansalva; no, sino que en el ínterin, se habían dedicado a reparar a los caídos (de hecho había aun alguno reparando, como pudieron observar enseguida) y apenas les vieron cruzar el umbral, una telaraña de ojos rojizos se centró en ellos y comenzaron su inexorable avance,.
- Repitamos el mismo truco, jefe.- dijo Snake.
- ¿Sí? ¿Estos también le tiene miedo al fuego?
- Y si volvemos y nos hacemos fuertes en…
Pero apenas dijo esas palabras, las primeras puntas de lanza de los escuadrones de los infernos ya estaban llegando a las puertas. Había ya medio centenar de ellos y ere solo el principio.
- ¡Bueno, chicos, permanecer unidos, y como decía aquel, matar japos, matar japos, matar mas japos!
- ¿Sabes? ¡Creo que últimamente estamos abusando de frase épicas!- dijo Titán.
- ¿Se te ocurre algo mejor?

lunes, 3 de octubre de 2011

Queen of Blood

Titán estaba de rodillas en el suelo.
Gauss rodeado completamente por una maraña inhumana.
Snake ni siquiera luchaba ya.
Von estaba tendido inerte con una de aquellas criaturas subida encima.

Pero Von tenia la extraña costumbre de no rendirse ni siquiera cuando tenía el terrible inconveniente de estar muerto.
La criatura que tenia encima desconocía esa pasmosa facultad.
Así que no le prestó mucha atención mientras abría las mandíbulas y salivaba preparándose para el festín más fácil de su vida.
Fue el instante más feliz de su corta vida, el instante de la anticipación al triunfo.
Y fue maravilloso, porque tan solo un segundo después no tenía cabeza con que disfrutar.
Con una brutal patada, Von desparramó lo que quedaba del informa cuerpo en pedazos sobre el suelo.
No sabía de qué iba a morir, pero fuese lo que fuese esperaba que su destino no fuese terminar en el vientre de alguno de esas asquerosas… cosas.
El revólver aún humeante ronroneaba de placer, esperando más.
Iba a tener satisfacción.
Otra de esas alimañas le vio, torció y salto en su dirección.
Von se incorporo un poco y mas y abrió fuego a bocajarro.
Como un pajarillo aleteando, se le corto el impulso, se quedo un rato quito en el aire (justo el instante en que el proyectil impactaba, arrancándole medio tórax, el brazo derecho, parte del abdomen, mandíbula inferior y cadera) y salió despedido hacia atrás entre una masa filamentosa negra y verde que antes era parte de esa blasfemia tridimensional.
Mientras su rival caía, miraba sin comprender y se retorcía de agonía en el suelo, Von se levanto completamente y aulló un desafío.
- ¡Estoy aquí, sucios montones de mierda! ¡Estoy aquí! ¡Von está aquí!
Tres más se acercaron en fila india a gran velocidad.
Demasiado fácil.
- ¡Decir hola a mi pequeño amigo!- dijo exhibiendo el revólver.
Bastó un único disparo.
Las tres cabezas abiertas cedieron hacia ambos lados, dejando al descubierto la nada más repugnante jamás vista.
Pero el retroceso apoteósico del arma había empujado al brazo de Von noventa grados.
Y cuando fue de nuevo a apuntar con el descubrió que dos garras le sujetaban con fuerza.
Con un grito de ira encendió el laser multifunción de su izquierda y lo empotro contra el racimo de ojos de la criatura.
Un chillido estentóreo reveló que efectivamente, tenía cerebro del algún tipo.
El cuerpo cedió entre convulsiones, pero Von no tenia tregua.
Otro más apareció frente a frente y le se le tiro encima a morderle el cuello.
Salto a su encuentro con el hombro por delante; en el choque gano y tiro patas arriba al engendro. Ahora, a esta distancia y con la ventaja de la altura, le practico una lobotomía frontal de libro entre carcajadas.
Y mientras oía los desesperados y desgarradores aullidos de la víctima, Von no podía parar de reírse de puro placer.
Pero ay, dicen que en hebreo “eterno” puede significar tan solo “duradero” .
Y pueden que tengan razón.
Porque aprovechando su risa media docena mas se tiro a por él desde todos los ángulos.
Pero Von no era precisamente un blanco fácil.
Von se tiro al suelo, rodo y esquivo la masiva carga; un segundo antes de recuperar su fusil del suelo; incorporarse y abrir fuego, derribando a cuatro de ellos de una ráfaga.
Con la mano libre saco una granada.
Pero por un instante se detuvo a estudiar la situación.
Titán estaba de rodillas en el suelo.
Gauss rodeado completamente por una maraña inhumana.
Snake ni siquiera luchaba ya.
Von estaba solo, rodeado por una horda sin fin de esos seres, luchando en una batalla perdida de antemano, hasta que se le acabara la suerte, la munición o la esperanza.
Pero él no se daría por vencido.
Si todo estaba perdido, si nada importaba ya, lucharía hasta la muerte.
Antes morir que dejarse matar.
Bonitas palabras, si.
Pero se enfrentaba a una aterradora realidad.
Y la realidad volvía de nuevo a la carga.
Alzó su granada desafiante.
Pero otra vez tuvo una desagradable sorpresa cuando su radar le indico una terrible forma que se le caía encima.
Alzo la cabeza y en un acto reflejo trato de hacerse a un lado, pero algo le bloqueaba las piernas.
Sorprendido miro debajo.
Aunque solo tenía una garra, la apestosa criatura se había arrastrado hasta él y le había bloqueado con un torpe abrazo. Por un instante le miro con odio extremo, mientras maldecía su testarudez: no hacia ni un minuto que le había disparado a bocajarro con su revólver.
Pero desde abajo parecía reírse con malicia.
No tuvo tiempo ni de concentrar su odio, porque como una tonelada de acero cuatro criaturas más le vinieron encima. Las muy hijas de putas habían trepado al techo y saltado desde allí para pillarlo por sorpresa.
El golpe fue tremendo, y por si fuera poco otras ocho le saltaron alegres encima, uniéndose la fiesta.
Pero eso ya no le importaba.
La granada se le desprendió de la mano, cayó, repiqueteo en el suelo, y con velocidad de película de suspense describió un semicírculo que se alejaba… justo un poco antes de completar el círculo y rodar de nuevo hasta detenerse a escasos centímetros de su cara.
Vio los números del detonador.
002.
001.
Su mirada se poso en sus compañeros, entre aquel mar de garras y mandíbulas que le oprimía.
Titán estaba postrado, resignado a su sino; esperando el golpe final.
De Gauss no se sabía nada, envuelto en un enjambre de aquellas cosas.
Y Snake yacía en el suelo con el casco atravesado por unas terribles mandíbulas.
Y el…
000.
Von cerró los ojos.
Y sonrió.
Titán lloraba.
Gauss gritaba.
Snake suplicaba.
Y Von sonreía.
000.
Luz.
Von sonreía.
Luz.
Luz.
Luz.
Von sonreía.
Aquello no era una granada.
Era una bengala.
Entonces Dios dijo: «Que exista la luz». Y la luz existió. Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas…
Una estrella naciente, un sol moribundo que expira, una nave rompiendo el solitario espacio.
Luz.
Las criaturas aullaron de terror, y escaparon lejos del foco de su infierno, e ese látigo de millones de colas. Von se rio mientras se levantaba y alzaba los brazos en señal de triunfo.
Titán alzo por fin su tez.
Gauss se quedo estupefacto al descubrir que no estaba muerto y ver como aquellos demonios escapan de su vista.
Snake entonces recordó que siempre hay una respuesta.
Y esta vez pensó que a el mismo se le podía haber ocurrido.
- La presunción de Doom fue su fin, chicos- resonó triunfante Von- Nos dijo algo muy útil. Mencionó entre el caldo genético de estos seres a las termitas. Y una cosa útil de las termitas es que su…
- fototropismo es negativo. Huyen de la luz- continuó Snake- Tan simple… tan eficaz…
- No es hora de entretenerse chicos. Alguien ahí fuera está esperando que lo matemos. Y...
- No es tan fácil, Von. Fíjate - dijo Snake. - le dijo señalando el cerco de oscuridad que rodeaba a la luz.- Están allí esperando. Y siguen siendo cientos. Esto es un empate. ¿Cómo salimos de aquí?