lunes, 26 de septiembre de 2011

Inception

Titán sintió como la energía fluía directamente de sus manos, como abrazaba el poder supremo; y vio, la energía, el fuego, la destrucción, el vacío, la muerte, y la sensación, la seducción que ejerce el poder le recorrió el cuerpo y le estremeció el alma y por un instante se olvido e todo, dejo que fluyera de él, se volvió uno con él, se olvido de todo, y miro con desprecio a esas caras asquerosas, a esas horribles bestias, a esos engendros sin Dios, sin orden, fruto del caos ejercido por los hombres en un universo de crueldad, de retorcidas maquinaciones. El era, como ellos mismos, víctima de ese Universo, de ese desprecio, de esas maquinaciones que le superaban, y el compendia el odio que sentían hacia él, de la amargura que sentían porque él sentía lo mismo, y duplicaba y redirigía ese odio hacia ellos mismos. Y vio como cian, como cedía ante su empuje, olio su carne quemada, sintió como sus fluidos estallaban y hervía y hacían ebullición, vio como le manchaban, vio trozos de miembros amputados volar, girar y crepitar antes de un instante después burbujear y desparecer; y sintió una despiadada alegría, una insania obsesión, y por u instante se sintió maldito y dichoso, y se emborracho de aquella sensación, de ser martirio, de ser látigo, de ser verdugo implacable, y juez y jurado de muerte y destrucción, y deseo que no solo hubiera mil de aquellos seres, sino que tenía que haber dos o tres mil mas, para poder acabar con ellos, y que ojala tuviera una sola cabeza para poder corarla de un tajo y olvidar así por un instante que era un hombre sin cara, que su vida era un infierno y que solo podía olvidarlo metiendo a los demás en un infierno similar.
Y veinte, treinta cuarenta de aquellos seres cayeron y se retorcieron y desaparecieron en un instante; y su lugar fue ocupado por otros veinte, treinta cuarenta de aquellos seres…
Titán grito desafiante.
Y veinte, treinta cuarenta de aquellos seres cayeron y se retorcieron y desaparecieron en un instante; y su lugar fue ocupado por otros veinte, treinta cuarenta de aquellos seres…
Titán gritó desafiante.
Y veinte, treinta cuarenta de aquellos seres cayeron y se retorcieron y desaparecieron en un instante; y su lugar fue ocupado por otros veinte, treinta cuarenta de aquellos seres…
Y entonces se esfumo el placer, sintió el dolor en sus manos, sintió como el poder no era suficiente y como hasta el poder ilimitado nunca es suficiente para colmar un pozo de odio, y sintió la soledad de nuevo, sintió el odio de aquellas criaturas y…
No.
Se estaba engañando.
Aquellas criaturas no podía odiarle.
No tenían esa capacidad.
Eran creaciones humanas.
Pero aunque la tuvieran, no tendrían verdadero odio, porque sería un odio regulado, dictado, y eso no era verdadero odio.
Él era el único que sentía odio hacia unos seres que solo podían inspirar lastima.
Eran maquinas de combate o trabajo, sin otro capacidad, sin otro interés, y serian desechadas cuando no pudieran cumplir su función.
No tenían interés ni suelos. No odian amar o odiar.
Y veinte, treinta cuarenta de aquellos seres cayeron y se retorcieron y desaparecieron en un instante; y su lugar fue ocupado por otros veinte, treinta cuarenta de aquellos seres…
Pero Titán ya no gritaba, ni disfrutaba.
Aquella lucha ya era vana.
Ya tenía un perdedor.
Y aunque lo sabía, no podía dejar de disparar más y más energía, de aniquilar más y más de aquella pseudovida.
Ya no sentía sus manos.
Tenía los dos brazos completamente inertes de soportar tanta tensión.
Y frustrado y abrió al máximo los glifos que concentraban su poder y escupió su rabia.
Y veinte, treinta cuarenta de aquellos seres cayeron y se retorcieron y desaparecieron en un instante; y su lugar fue ocupado por otros veinte, treinta cuarenta de aquellos seres…
Y entonces el dolor, cabalgo su espalda, restallo todos sus huesos y aniquilo su espíritu.
Pero ya no podía dejar de disparar.
Era eso para lo que había asido programado.
Pero el había decido convertirse en aquel horrible ser.
Lo había hecho libremente.
Y también libremente, había decido odiar.
El era el único monstruo allí.
Y comprender aquello le hizo sentir aun más rabia y disparar con más fuerza.
Y entonces cayó; primero de rodillas y luego sobres sus codos.
Y cerró los ojos y lloro amargamente.
Entre aquel flujo de energía cada vez más debilitado, había visto un filamento negro que crecía y se retorcía Y desaparecía, y por un instante lo comprendió TODO y se desmoronó…
AQUELLO ERA SU SANGRE.
Una mandíbulas chasquearon cerca de su cara justo un segundo antes que unas informes garras sujetaran su cabeza por la nuca.
Solo suplico que fuera rápido.

..
.
Gauss no podía abrir fuego a bocajarro. Sabía que a esta distancia saldrían volando él y sus compañeros. Pero no importaba. Tenía recursos de sobra. Llevo su mano derecha al hombro izquierdo con un gesto bien entrenado desenfundó su acero.
Lo sospeso en su mano.
Media más de tres metros de largo por más de medio de ancho.
Miro la inscripción.
Era la misma que aparecía grabada en todas sus armas.
Ultima ratio regum.
El último argumento de los reyes.
Sonrió.
Había armas láseres, había cañones de plasma, había viajes interplanetarios, pero a la hora de la verdad, el ser humano se seguía matando igual.
Si bueno, era verdad que ese filo estaba afilado al laser, que era metal extraduro creado a partir de una nueva aleación y que sus vértices habían sido diseñados por ordenador, pero el concepto básico era el de la Edad de Hierro.
A fin de cuentas el sentimiento era el mismo que hacía dos mil años.
Miro el pomo.
TYR.
El Dios Nórdico de la Guerra.
Sospeso de nuevo el arma.
Sonrió.
E hizo que el cráneo de una de aquellas cosas lo sospesara también.
Fue el primero en caer bajo su acero.
Pero no fue el único.
Con un barrido lateral, corto en horizontal seis más. Antes de que pudieran ocupar su sitio, otra media docena caía ahora en el sentido opuesto.
Sonrió.
- ¡MÁS!
Aceptaron su desafío.
Doce más cayeron.
- ¡MÁS!
Y otros doce, veinticuatro.
- ¡MÁS!
Treinta y seis.
- ¡MÁS!
¿Más?
¿Seguro, Gauss?
- ¡MÁS!
Vale, vale.
- ¡M-ÁS!

Como quieras.
- ¡M-Á----Sss!
Y por fin se acabo todo.
Algunos se le subieron por la espalda.
Otros le blocaron las piernas.
Otros se tiraron bajo sus pies.
Otros le cercaron sus brazos.
Todos mordieron, gritaron, arañaron y se encresparon alrededor.
Gauss boqueo, pidió aire y pateo, golpeo, pisoteo y aulló tanto como pudo. Dio igual.
Si, algunas cabezas estallaron contra el suelo, algunas más fueron decapitadas, algunos cuerpos mas desmembrados.
Pero al final…
Solo importaba el número.
Y él era uno.
Y ellos…
Ellos…

..
.
Snake soltó rápidamente ekl rifle- era obvio que era inútil contra aquelal maraña- y desenfundo la dos pistolas.
En realidad, el sabia que todo esto era inútil.
Un brindis al sol, un sinsentido que era un mero compas de espera.
Al final el número se impondría.
Pero pensándolo bien, todo era un sinsentido.
¿Porqué morir a años luz de tu casa?
¿Por qué morir peleando contra seres que ni siquiera sabían porque luchaban?
¡Porque?
No tenía sentido.
El más mínimo.
Y por eso mismo, disparó.
A esta distancia, una cabeza del tamaño de la de un buey reventó como una castaña al fuego y el cuerpo cedió entre horribles convulsiones.
Uno menos.
Solo quedaban dos mil.
Unas garras tiraron de su brazo, pero su otra mano abrió fuego a bocajarro.
Mil novecientos noventa y nueve.
Cargo hacia adelante mientras había fuego.
Mil novecientos noventa y ocho.
Perdón, noventa y siete.
Noventa y seis.
Retrocedió disparando, hasta su posición original volvió a cargar y repitió la maniobra una y otra vez.
Una y otra.
Una y otra.
- ¡Qué os jodan!
Pero a aquellos seres no les importaba que les insultara.
De hecho, no les importaba que les matara.
No les importaba nada.
Solo matarle.
Y en realidad, eso no les importaba, solo se les había ordenado hacerlo.
Aquello no tenía sentido.
Ninguno.
Snake solía creer que la humanidad había avanzado, que existía el progreso, que había que creer en la razón, que todo en esta vida tenía algún tipo de sentido…
Menuda sarta de tonterías.
Allí delante tenía mas mil contradicciones a todas esas ideas.
Snake miro cara a cara a uno de aquellos oxímorones vivientes.
Y sintió el peor terror en su alma.
El único que existe.
El único verdadero.
El Terror que produce comprender la verdad.
Dejo que sus armas besen el suelo.
Pronto la acompañaría.
Unas tenazas de acero le engancharon el visor del casco y apretaron con toda su fuerza.
La armadura crujió como un ser que agoniza.
Los sistemas respondieron y enviaron una descarga eléctrica, aniquilando a aquel ser.
Pero daba igual.
Ya todo daba igual.
Otro ser ocupo su lugar.
Otra descarga.
Otro.
Otra descarga.
Otro.
Ya no había más descargas.
¡Importaba?
No.
Unas tenazas de acero le engancharon el visor del casco y apretaron con toda su fuerza.
Snake sintió como el cristal crujía, como el acero se combaba, como el acido chisporroteaba y agujeraba el casco.
Snake sintió como aquellas tenazas desgarraban su piel, palpaban su carne, saboreaban su sangre.

..
.
Luz.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Cara a Cara

- ¿Hay más de esas cosas?- pregunto Snake. Limpio otro cristal y miro dentro.- ¡Sí! ¡Todos estos tubos están llenos de esas malditas bestias! ¡Esto está lleno de ellas! ¿Cuántas habrá, mil, dos mil…?
- ¿Y Doom? –insistió Von- ¿Dónde está? hace un rato estaba detrás mío, y ahora no lo veo.
- ¡Tienes razón!- confirmo Titán- Yo tampoco lo veo.
- ¿Crees que…?
- ¡Yo no creo nada! ¡Mi trabajo no es creer! ¡Mi trabajo!- se llevo la mano a la cabeza- ¡Espera! ¡Veo su señal! ¡Se aleja rápidamente… ¡Por aquí! ¡Vamos!

Como un rayo, los cuatros se pusieron en marcha. Todos veían en sus casco la señal de Doom alejándose, hacia al sur, de donde provenían, a gran velocidad, pero nada más extraño, y sus constantes vitales, si es que no les engañaban, estaban perfectamente, pero no alcanzaron a verlo, y no respondió por radio por mas que les preguntaron.
De pronto la señal, se detuvo, torció a la derecha un trecho mas; se detuvo de pronto y se quedo allí, pero la punta del triangulo se situó en contrario a ellos, indicando que subía con respecto a sus compañeros.
Ellos llegaron unos segundos después y comprendieron. Había un segundo nivel, que se elevaba justo en el centro de toda la sala, un gran octógono de metal y cristal, repleto de computadoras en su cúspide. Una pequeña escalera permitía ascender. Doom estaba quieto arriba. Quizá fuera una trampa (si era así era muy obvia) pero no quedaba otra solución. El resto se pondría en formación y cubriría a Von tan bien como pudiese.
Von llego a la altura de la misma cuando de pronto sus ojos se toparon con una mina de proximidad en la misma. Freno en seco, pero ya era tare, la explosión arrojo cientos d pedazo de metralla radiactiva, alcanzándole, aunque su armadura había reaccionado antes y los propulsores le había empujado hacia atrás con suficiente antelación como para evitar lo peor. Von, rodo de espaldas y trato de incorporarse cuando de repente…
Una voz rompió el hasta entonces impenetrable silencio exterior, pues no les hablaba por radio, como hasta entonces, sino desde el canal exterior, y además era la voz, o imitaba la voz de Doom.
- ¡Buenas noches! ¡Welcome to Hell! Oh, pero quien es esta distinguida concurrencia…! ¿Es posible que sean acaso… ¿ He dicho… ¿Es posible que sean? ¿Es posible que sean el todopoderoso Von, el grandioso Titán y los de sus esbirros lameculos?- en ese preciso instante, una cara endemoniadamente sonriente aprecio n lo alto de la estructura, apoyándose en la barandilla como con desdén, como si fuera un niño jugando.
- ¡Doom! ¿Qué coño estás haciendo? ¿Te has vuelto loco?- chilló Titán
- ¡Vaya, vaya, pero si aquí tenemos al hombre-sin-rostro! ¡al de n me digas que-es-el.-miedo! ¡Al de los truquitos con la macara de hierro! ¡Al infalible Titán! ¡Qué te pasa viejo? ¿Disfrutando de la noche’
- Déjame decirte una cosa, gilipollas- le escupió Von- Nadie me dispara y sobrevive para contarlo luego- enderezó el arma. ¡A mi orden volamos a ese hijo de puta!
- ¡Cálmate, vaquero!- dijo encaramándose a la barandilla- Este tanque que tengo bajo los pies tiene más de tres mil litros de helio liquido. Si rompéis el cristal con un solo disparo de más, lo vais a pasar bien. Así que no recomiendo que Gauss abra fuego, o Titán. Sería demasiado violento ¿Sabes? Y Snake está demasiado cerca como para disparar bien con ese rifle de precisión tan molón suyo. ¡Esto es entre tú y yo, hijo de puta!- y sin decir nada mas abrió fuego contra Von.
Pero Von ya había adivinado sus intenciones, y se había hecho a un lado. Su disparo dio en el suelo vació; Von alzo su arma; su disparo dio en el suelo vació pero el de Von…
El de Von no dio en ninguna parte porque directamente, no disparo.
Apenas tuvo el blanco fijado, una descarga eléctrica recorrió su cuerpo, enrollándose alrededor como una mortífera constrictor, sacudiéndole todos los músculos, aflojando los nervios, tirándolo al suelo como un títere con las cuerdas rotas, desmadejado.
- ¡Vaya, vaya, pero eso no era Von, el que era único, el tipo más listo del mundo, el Increíble, el Majestuoso, el de la Lógica genial, Von el Rey de los Cazarrecompensas, el Sabueso Máximo, el perro de Caza! ¿Dónde han quedado tus chistes fáciles, tu verborrea, tu cháchara ingeniosa, tu labia, tu genio efervescente, tui lógica irrefutable y tus ademanes de chulo de putas de lujo! – dijo haciéndole un gran y teatral reverencia.
- Si la lógica... cof, cof… Se puede refutar… no es lógica... cof, cof… ¿Qué cojones me has hecho?- un grito punzante rompió desde su garganta, de nuevo. El resto lo miraba desconcertada, si saber muy bien qué hacer.
- ¿Yo? Nada. Tú te los ha hecho.- le miro desafiante y abrió las manos como para dar un gran discurso. – Te volviste viejo. Te volviste descuidado. - Elevo la frente al cielo, al compás de su mano derecha. Otro grito rasgó el aire.- ¿Te acuerdas cuando te pose la mano en el hombro, justo cuando entramos aquí?
Von se llevó la mano maquinalmente al hombro, pero otra descarga, aun mas fuerte que todas las anteriores, hizo brotar de su cuerpo el olor nauseabundo a carne quemada.
- Tiene un mecanismo muy ingenioso.-dijo señalando con el índice- Puedo activarlo con un simple orden desde mi computador central, o lo activa el mismo si me amenazas de alguna forma. Y tiene un regulador que tiene en cuenta la distancia con respecto a mí y tus intenciones con respeto al propio aparato. Te aseguro que tiene un elevado concepto de su propia supervivencia.
- ¡Estas loco Doom! ¡Da igual lo que le hagas a Von! ¡Nosotros acabemos contigo! ¡No tienes ninguna…!
Pero Doom no le escuchaba. Simplemente, se limitaba a contar los dedos de sus manos, de forma muy cómica.
- Sois uno, dos, tres… cuatro con Von… Genial, ¿Eh? Pero dime Titán… cuantas manos se precisan para contar…- miro hacia arriba como si recordar o pensara- ¿tres mil o cuatro mil…?
Su mano derecha bajo con fuerza una palanca mientras reía con fuerza.
- ¡Observar bien, observa con los ojos bien abiertos, y dime quien amenaza a quien!
- ¡Nos necesitas para salir de aquí… solo … unidos…- barboteo Von.
- ¿Unidos? ¡Qué risa!- de pronto miles de luces se encendieron. Toda la sala se encendió con un siniestro resplandor azulado.- Ya no os necesito para nada! Tengo un ejército para salir de aquí contra el mundo, si hace falta.
- ¡No te servirá de nada!- contestó Von, de nuevo con fuerza- Eso se cargo a mas de...
- ¡Calla! Ya no estás en posición de amenazarme. De hecho ya no estás en posición de hacer nada.…
Pero no termino la frase. Ciento de sombras, de asquerosas criaturas brotaron de la oscuridad y se fundieron en ella, y se acercaron, estrechando progresivamente el cerco, en completo silencio, en perfecto orden, y sin rastro de duda.
- ¡Formación de combate! –rugió Titán. Von aun estaba en el suelo, luchando por incorporarse, o por siquiera saber donde estaba.- ¡A mi señal, fuego!
Doom se reía como un loco, anticipándose a la matanza.
- Ah, los insectos sociales son tan fascinantes! Las abejas se enfrentarán a Avispas invasoras, sabiendo que les mataran como a corderos y que solo al final de puro numero harán caer a sus adversarios! ¡Las termitas de lanzaran contra cualquier cosa, por grande que sea, que amenace su hormiguero! ¡Mientras unos se lanzan a la muerte, otros aprovechan para repararlo! Está todo estudiado. Prima el beneficio superior sobre el instinto de supervivencia. Y vosotros solo sois cuatro- chasqueo la lengua y paladeó la palabra- Solo cuatro. Es una lástima. Solo cuatro- repitió como ausente- Es una lástima, porque sois más valientes, más inteligentes, más diestros en el combate. Pero solo sois cuatro. Y al final, solo el número importa. ¡Adiós!- se retiro de la barandilla. Un sonido mecánico indicaba que un ascensor bajaba- Este ascensor todavía funcionaba… ¿Sabéis? Quizá eso no haya llegado hasta aquí, después de todo… pero no importa mucho, porque cuando este fuera, lo volare, todo. ¡Adiós!- se oyó desde lejos, desde las alturas. -¡Adiós!
En un circulo de cincuenta metros- o hasta donde alcanzaba la vista, como se prefiera- solo había mandíbulas chasqueando, ojos malignos y rojizos y músculos crepitando y sombras agitándose. Iba a ser una matanza.
Von estaba aún en el suelo. Alzo los ojos, y por un instante, parecía que rezaba.
- ¡Es hora de matar!- grito Titán.
Mil graznidos le desafiaron.

viernes, 23 de septiembre de 2011

The Lost World

Con cautela se dirigieron hacia la puerta, con el dedo ansioso sobre los gatillos. Hacia la oscuridad reinante, lanzaron una bengala hacia delante. Pero sorpresivamente, no ilumino nada. Simplemente, desapareció sin dejar rastro. Sorprendidos, dispararon hacia adelante para iluminar la estancia. Sin embargo, lo que aparecía antes sus ojos no era la habitación real o imaginada de los generadores, sino una simple terraza, con un ascensor justo en el centro. La bengala había sobrepasado la barandilla y había caído abajo, inundando de luz una especie de laboratorio. Mesas con instrumental, ordenadores, microscopios, larga hileras con probetas, planos, se arracimaban encima de las mesas. Echaron un ojo desde arriba, y como no vieron nada raro o peligroso, pero les picaba la curiosidad, bajaron descolgándose desde el borde, pues la altura no era excesiva, menos para quien disponía de armaduras de combate con sistemas de frenado, anti inercia e imanes de gran potencia.
- Pero esto… No son los generadores- dijo una vez superada la sorpresa Snake- Pensé que nos dirigíamos a los …
- Esto SON los generadores. Contestó Von- O más propiamente, lo que el mapa dice que son los generadores. Por lo visto, reutilizaron el espacio para esto, pero no lo vborraron de la bae de datos.
- -¿Con que fin? –preguntó Titán.
- No tengo ni puta idea… pero lo sabremos muy pronto. Pero esconden algo aquí, o no lo habrían hecho. Algo gordo, me imagino, o no lo habrían hecho.. Vamos allá.
- Quizá sea una base de pruebas militares. -Razono Doom- Una pequeña colonia minera, apartada, es perfecta para eso. Y eso explicaría muchas cosas.
- Quizá, pero ahora es inútil razonar. Descubrámoslo por nosotros mismos.
Un gran dédalo de mesas y pequeños laboratorios se extendía sin sucesión hasta donde alcanzaba la vista. Nada, ni una sola señal eléctrica o calorífica, captaban los sensores, en una distancia de por lo menos, cien metros. Allí se detenían las lecturas.
Con un simple gesto de su brazo, adoptaron la posición de combate, y sucesivamente, se cubrían unos a otros mientras avanzaban de mesa en mesa, de cobertura en cobertura, de ángulo en ángulo, manteniéndose siempre en movimiento, en constantes oleadas, avanzando siempre hacia donde se detenían las lecturas.
Era normal que se detuvieran allí las lecturas. A fin de cuentas, había una gran muro reforzado, y un cartel muy expresivo de “Zona restringida” “Se precisa autorización prioridad Alfa para entrar” otro mas de “Entre solo bajo su propio riesgo si autorización” y uno más de “Alarmas en todo el perímetro” y por fin, el más directo de “Detención inmediata bajo pena de…” y las tonterías legales precisas.
- Está prohibido pasar, pero no creo que la autoridad pertinente se enfade.... Gauss, ¿Se te ocurre alguna forma de pasar esta puerta? A mi no se me ocurre nada- le pregunto irónicamente.
- Nada, jefe- le dirigió una sonrisa feroz- Solo… esto- Y se señalo a la espalda. Catorce toneladas de…
- Deja, amigo, deja- dijo entre risas Doom- Tengo este explosivo táctico suvenir del ejército. Ya esta… ¡apartaos!
Pero la pared era increíblemente dura. Tenían refuerzos externos, internos, una cámara estanca en el interior y un esqueleto interno a base de malla que redigeria los daños y además, apenas sentía vibraciones hinchaba con una especie de gomaespuma que absorbía muy bien los golpes. Era tan dura que rechazaba el laser de trabajo, que era insensible a los disparos que no fueran los más pesados, aun a bocajarro. Ya debería haberlos alertados que no pudiera “oírse”• nada en las lecturas desde el otro lado. Nadie había visto nada igual, tardaron varias explosiones más, y varios disparos reventar la puta pared.
- ¿Pero qué coño es esto? –Rugía Gauss - ¡Esto no cede! ¡No cede! ¡Arghhh! ¡Soberana hija de…!
Por fin (¡Por fin!) cedió al último intento, y por fin, ya cansados de tanto ruido, retiraron los últimos escombros y avanzaron con cautela. Cualquier secreto que hubiera sido guardado con tanto ahincó, seria especialmente peligroso. Von recordó sus más negros pensamientos, sus más audaces teorías, de lo que había allí atrás, y no pudo evitar un escalofrió al pensar a lo que se podría enfrentarse. Decido, apretó los dientes, entrecerró los ojos y sometió a tal presión los nudillos que se pusieron blancos del esfuerzo.
Pero allí, no se veía nada más que un bosque de columnas. Columnas que emitían una débil – una muy débil- luz azulada, que aunque no estaban separadas más que por la distancia de dos hombres, ni siquiera llegaban a iluminarse mutuamente. Y allí, en la oscuridad, se perdían el infinito bosque.
Se acercaron lentamente. Doom poso la mano sobre el hombro de Von y señalo el techo con el cañón de su arma. Todos levantaron la mirada. Y efectivamente, siguiendo el vaivén de su arma, se veía que a cada columna le alcanzaba toda una maraña como de nudosas raíces; de cables de alto voltaje, así como otros cuya función no era clara.
- No salgáis de la línea visual del resto. Permanecer en contacto con radio. A la más mínima sospecha de algo, alertar. Esto es zona peligrosa. Vamos a echar un vistazo. Aquí tiene que haber cientos de respuestas. Y las vamos a sacar.- ordeno en su tono seco habitual Von.

Sin contestar, sin hablar, sin preguntar, sin ni siquiera mirarse entre si cada uno sabía su cometido. En abanico, lentamente, entre las columnas pero siempre a la vista entre sí, las armas dispuestas, el dedo índice presto, aunque sabían que el ordenador les avisaría cien veces más rápido que sus sentidos. Era para eso para lo que habían nacido, era para eso para lo que vivían, y era haciendo eso como morirían. No había tiempo para la duda, para el lamento, para la autocompasion, ellos habían escogido esta senda, este camino, y ellos por lo menos podían elegir como querían morir.
Titán fijó sus ojos por un instante en fondo de uno de los tubos. Algo oscuro, algo que contrarrestaba la luz, algo que la absorbía estaba allí dentro. Acerco su rostro sin cara, pero el cristal estaba empañado y los sensores no decían más que vaguedades. Con la mano limpio el cristal, y miro como través del ojo de una cerradura.
Un grito rasgó las radios.
- ¿Qué ha pasado? ¿Quién ha gritado?
- ¿Qué COJONES es ESTO? ¿Qué coño ESTÁ pasando?
- ¡Titán!.- dijo Snake- ¡Es Titán!
- ¡A mi orden fuego!- bramó Von por encima del estruendo.
- ¡No!!No!!No! ¡Mirar esto! ¡Tienen que ver esto!- chillo Titán, más calmado.
- Tranquilos chicos- dijo en un tono más sosegado Gauss- No se preocupen. Nada nos ha atacado. Simplemente, vengan.
- ¿Nada? ¿A que te refieres?- pregunto Doom.
- Ven a verlo.
Todos se acercaron a la columna. Titán todavía visiblemente asustado, estaba en un rincón, negando con la cabeza que sostenía entre sus puños.
Snake miro dentro de tubo y echó el cabeza hacia atrás, asqueado. Gauss no pudo resistir la mirada y la bajo, atemorizado. Ni siquiera Von pudo sostener la visión de aquello mas de tres o cuatro segundos.
¿Qué era aquello? No había una respuesta fácil. Ciertamente era ALGO, lo que ya era un comienzo. Y podría decirse, con una margen del 80% que era individual, un individuo. A partir de ahí las conjeturas.
Tenía, por así definirlo, el tronco como de un insecto puesto de pie, pero de tamaño y forma gigantesco; asi como dos pares de patas traseras, y dos patas delanteras rematada en algún tipo de pinza o garra, pero con una forma que recordaba e algo a una mano, o alguna fase primigenia de tal órgano.
Su cabeza- o la terrible malformación que actuaba como tal- era un rasgo colosal de inhumana incomprensión. Simplemente, era inenteligible, el caso echo órgano. Era una masa amorfa, un montón de carne y exoesqueleto con mil funciones y ninguna. Parecía tener boca y antenas, así como otros orificios que nadie podría definir o describir bien. Lo único claro era unas terribles mandíbulas brutalmente reforzadas y sacadas hacia adelante, en perpendicular al resto del rostro. Era o aparentaba ser, anfibio. Quizá podría decirse, en resumen, que era una mezcla de hormiga, termita, avispa, escarabajo y sapo. Nada más podría decir de la asquerosos y repugnante alimaña que tenían delante, salvo que era una blasfemia, un sacrilegio contra la natura...
- ¿Qué esa cosa?- preguntaba sin parar, mecánicamente, Titán. -¿Qué esa cosa? ¿Qué esa cosa?
- No lo sé,, no lo sé…- Gauss movía la cabeza de un lado a otro, incapaz de asimilar lo que había visto- nunca jamás he visto nada parecido. Ni siquiera remotamente.
- Quizá sea extraterrestre- razono Snake- Quizá los capturasen allí abajo. Quizá fuera esto lo que escondían, y alguno se escapo y ..
- No- le interrumpió Von- No sé mucho de biología, pero crees que eso…. Esa cosa… mataría a toda una estación si dejar señales? No, ¿verdad? Yo tampoco. y para ser extraterrestre… No sé, esas pinzas, esas mandíbulas, esas garras… no son precisamente, muy originales. ¿Eh? Pero tienes razón en una cosa. Eso es lo que escondieron de la vista. Y si lo escondieron, es... porque los hicieron ellos mismos.
- ¿Aquí se crean estas cosas?
- No. Aquí se juega a ser Dios.- Von miro de un lado a otro- ¿Y Doom? Hace rato que no lo veo. ¿Dónde está?

domingo, 18 de septiembre de 2011

Battle Los Angeles

- ¿Cuál va a ser nuestro objetivo, jefe?
- ¿Nuestro objetivo? Yo solo veo un hilo conductor claro. Alguien apagó las luces; los ordenadores no funcionan y el coche del guardia dejo de funcionar. Alguien se dedica a trastear con la energía. Quizá lo más conveniente sea ir a echar un ojo a los generadores. ¿Cuáles están mas cerca?
- Al norte hay un ascensor, que en teoría tiene baterías autónomas…
- No. Seguramente no funcionara de todos modos, pero aun si lo hace, sería todavía más peligroso. Eso controla las maquinas, o es una máquina, quizás robots asesinos. Seria meternos de lleno n una emboscada perfecta. Duraríamos lo que quisiera que durásemos. Iremos a pie.
- ¿Robots asesinos? ¿ Estas de broma?- pregunto Snake
- Al lado de donde desapareció el guardia había huellas de robots.
- ¿Cuántas?
- Cientos. Esto es una colonia minera. Habrá robots a patadas
- ¿Pero si alguien “robó” la energía y daño los sistemas informáticas en una oleada… porque cojones dejo intactos a los robots? No tiene sentido.
- Eso trataremos de averiguar. Por aquí, vamos. Es momento de ponerse en marcha.
Y así, sin más; comenzaron la marcha. Titán iba en cabeza, con el fusil bien preparado; detrás iba el propio Von, cubriéndole a su vez Doom, Gauss a su espalda, preparado; y ya por fin Snake cerraba. Iban en perfecta formación, asegurando una zona antes de pasar a la siguiente, doblando las esquinas con sus mirillas móviles antes de pasar, e cobertura en cobertura, de zona oscura a zona a oscura; vigilando las alturas, vigilando el suelo. Avanzaban lentamente, pero de forma segura, y lograron ir recorriendo la distancia que los separaba poco a poco.
Llegaron por fin a la zona de generadores. El acceso consistía en dos enormes puertas blindadas y remachadas en acero. Von comenzó a dar órdenes.
- Snake busca un buen nicho de disparo. Cuando estés listo, haznos algún tipo de señal visual. Sin luces, no hables por radio, y mantén todo sistemas que no sea imprescindible apagado ¿Ok?
- Ok.
- Gauss, justo cuando yo diga, ni antes, ni después, ¿Comprendido?
- Claro. ¿Contra quién?’
- ya lo verás. Doom, tu vendrás conmigo en primera línea. Titán, cúbrenos.
- ¿Por qué yo?- rugió Doom, siempre beligerante.
- Porque o tienes cojones, o estás muy mal de la cabeza. En cualquier caso, te necesito allí.
- Sí, pero…
- Yo te acompañare. Como en los viejos tiempos.- hablo Titán- Doom, monta la metralleta de posición y cúbrenos.
- Ok- le obedeció.- listo.
Von avanzo un trecho, justo hasta una gran caja de que hacia un ángulo con un tejadillo y que ofrecía buena protección tanto desde adelante, como por detrás, (por la pared) como por encima. Salió un momento de su cobertura y tan rápido como se dice, su fusil abrió fuego con una granada PEM (pulso electromagnético) al techo. Una explosión blanquiazul ilumino la estancia por un segundo, justo antes de que con un furioso crujido una enorme lluvia de robots se desparramará sobre la habitación con un terrible estruendo. Estaban apiñados en el techo como abejas, con los sistemas apagados.; en silencio, esperando su oportunidad, pero no la tuvieron, ni la tendrían mientras fuera Von su oponente.
Como un animal, Von aulló una orden mientras abría fuego sobre los bots, hasta convertirlos en montones de chatarras humeantes por docenas. Algún robot habría sobrevivido, pero la lluvia de fuego corrigió ese error en seguida.,
Las puertas se abrieron y de pronto otro tropel de guerreros metálicos broto como la lengua gris de la anaconda para devorar a la liebre. Pero este conejo estaba armado, había golpeado primero, y lejos de haberse visto sorprendido por la serpiente, le había devuelta la jugada. Justo cuando Titán y Gauss abrieron fuegos los batieron como corderitos. Eran simples robots de construcción, mineros o de reparación, armado con los primeros que había a mano o con alguna arma robada a los cadáveres. Su única arma era el número, y esta vez no fue suficiente. Aunque con fría determinación seguían avanzado, caen por docenas, a millares, como moscas. Oleadas mortíferas los barrían como a castillitos de arena. Pero no desesperaron ni se retiraron, continuaron avanzado hasta que el último de ellos fue finalmente abatido por un disparo de Snake.
Por fin, en un segundo, tan rápido como había comenzado, todo había terminado. Un mar de chatarra retorcida y chamuscada era too lo que quedaba.
- Fácil – pensó Von.
Como si le hubieran escuchado; todo un pared lateral se vino abajo con estrepito, y un gigantesco robot grúa hizo aparición, armado con un potente lanzamisiles; un segundo antes que una mortífera docena de cohetes teledirigidos se abrieran paso amenazante hacia Von.
Von alzó la mano mecánicamente, en un gesto reflejo de defensa, (como si valiera de algo) y cerró los ojos, esperando lo inevitable.
Pero entonces recordó que el siempre compraba lo mejor, que no era avaro cuando se trataba de sí mismo. Como insectos rugientes, se desviaron inofensivamente y se cayeron al techo, explotando allí, para que sus restos terminaran cayendo y rodando como latas vacías. Von agradeció haberse gastado un poco mas en la última tecnología de defensa.
El robot no comprendió nada de esto, e hizo lo único para lo que estaba programado su frio cerebro metálico: recargó y abrió fuego de nuevo, de nuevo otra docena de misiles, de nuevo contra Von. Pero esta vez no comprobaría el resultado.
Su brazo fu arrancado por una pavorasa explosión, y cayo al suelo,. Pero la fatal ordne de disparon ya estaba dada, con el único incovniente que la fuerza de la gravedad había inclinado el arma hacia el suelo; una serie de explosión hicieron crepitar y estallar primero el propi arma, para mas tarde empujar con vioencia la propia base del robot, haciéndola caer hacia un lado. Su cabeza se golpeó uy restallo contra el suelo; las luces internas titilaron n furiosa discordia mientras el otro brazo trataba de empujar a la deseperada para alzar de nuevo su cuerpo.
Pro un robot tan grande, de lado, en el suelo, es un blanco demasiado facíl. Y una segunda y definitiva explosión agujereo el caso, rasgo todo el cableado e incendio los circuitos hasta fundirlos.
Pero no fue el fin; no todavía.
Agónicamente, la energía broto de la reservas, se redirigió hacia nuevos sectores, y el brazo que hacía unos segundos intentaba alzar el cuerpo se convirtió en un gigantesco mayal que describió un semicírculo hacia Von. Con un ágil salto mortal hacia atrás, pudo esquivar el envite, pero se desequilibro; en ese momento, el brazo encendió el laser de trabajo, haciendo un peligroso zigzag, siseando como una culebra roja, apuntando hacia su cabeza. Von abrió fuego (que ironía) sobre la punta de ese arma, logrando aniquilarla antes que ella lo aniquilase a él; entonces la máquina jugo su última baza, el brazo de alzo de nuevo, intentado golpear, pero como no lo consiguiera, describió una curva hacia el techo, en ese momento se freno en seco, y con un ruido de tuercas y tornillos, algo se desenrosco y el brazo cayó a plomo hacia el suelo.
Era imposible esquivarlo. Demasiado rápido, demasiado grande. Demasiado inesperado.
Von alzo los poderosos brazos y rezo mientras desesperaba el golpe. Fue demasiado duro, incluso para él. La potente masa lo mando al suelo, pero sus brazos no cejaron, tratando de librarse de la superestructura. Antes de que pudiera hacerlo, vio un destello rojizo y el láser secundario de la maquina se acerco hacia su cabeza con rapidez… hizo un esfuerzo.. .pero no era suficiente…
Y todo se acabó.
La maquia comenzó a recibir disparos desde todas las direcciones, a explotar desde todos los ángulos, haciendo que la poca energía se disipara y los últimos circuitos se apagaran.
Silenciosa y tenebrosa, el brutal ingenio conoció la oscuridad.
Entre los cinco lograron alzar la pesada carga y liberar a Von.
- Von, de verdad eres único. ¿Cómo demonios supiste que no esperaba allí arriba? Nos has dado la batalla.
- La batalla era también mi vida… Sabía que había robots… y era lógico que protegiesen la clave del secreto: los generadores. Supuse que lo vigilarían. Y cuando vi la entrada, con ese techo tan alto…Pensé que haría un adversario inteligente para que sus robots tuviesen una oportunidad contra nosotros. A fin de cuentas, no tenían gran potencia de fuego, algo que comprendí pronto, dado que si hubiera querido, podría habernos tirado a los robots en cualquier momento. No lo hizo porque en campo abierto sus posibilidades eran casi nulas, únicamente dependían de su número para ganar Pero si el rival pensará así, hubiéramos visto cientos de pedazos de chatarras por toda la estación. El es mucho más listo que eso. Y si fuera yo, haría lo mismo. Colocarlos en el techo, en perfecta oscuridad, para que cogieran completamente desprevenido al adversario .Su número y la sorpresa haría el resto. Predije su jugada… y el resto es historia.
- Genial.- le felicito Titán- Eres simplemente el mejor.
- Creo, Von, que sabes muchas mas cosas de la que nos dices.- dijo Snake.
- Von es mucho más de lo que parece. Los hay rápidos, los hay listo, los hay duros; pero Von, es…único, aún entre millones.- le puso la mano en el hombro.
- ¿Y ahora?- preguntó Gauss.
- Ahora- recargo su arma- Ahora es momento de matar.- respondió Von. –ya no hay duda, el enemigo sabe que estamos aquí. Y si ha protegido este sector es porque es importante. Querrá recuperarlo… va a ser muy duro. Esto no acaba más que empezar.
- Sabes, temías que dijeras algo así.- rezongo Doom- pero ¿sabes? Me encanta. !Ok, let’ go!

sábado, 17 de septiembre de 2011

Destino ... la Luna

- Bueno, Von, dime… ¿Qué crees que paso en este sitio? ¿Qué hizo desaparecer a los tripulantes? ¿Quién mando la señal de socorro…? ¿Quién apagó los generadores?
- Bueno, de momento no se muchas cosas, pero te diré lo que sé que no ha sido. No ha sido un ataque exterior, poco probable por la lejanía y poca importancia de la colonia. Tampoco ha sido una revuelta interna; un envenenamiento, un contagio, un acontecimiento cósmico… Todo eso se que no ha sido. Así que una vez eliminado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, es la solución.
- ¿Pero… como…?
- Nada encaja. No hay rastros de violencia; todo esta desconectado y abierto; no hay ni las reservas energéticas. Nada. La gente ha volado, pero ha dejado sus naves con la carga hasta los topes. Y no hay registros informáticos de ninguna cosa rara. Añádale el virus informáticos que ha deshecho los ordenadores centrales. Bien, resumo. Algo salió de “dentro”, se cargo a los ordenadores, se cepillo la energía e hizo desaparecer las personas. ¿Qué fue? No lo sé.
- ¿Cómo sabes que fue en ese orden? – pregunto Snake.
- Es sencillo –contesto Titán- Si vas a desconectar la energía, no necesitas atacar con un virus los ordenadores. Por lo tanto, el ataque informático es previo. Luego ataco los generadores… seguramente, para dejar indefensos a los humanos, que fueron su tercer paso. Sin embargo, el margen de tiempo fue tan escaso, y su poder tan brutal, que basto para hacer la tripulación entera sin que nadie pudiera huir o defenderse. No sé lo que hay ahí dentro… pero no me gusta nada. ¿Von?
- ¿Sí?
- Creo que es el momento de pirarse de aquí.
- ¿Qué? –les interrumpió Doom?- ¿Tenemos una estación hasta los topes de chatarra y nos vamos air sin nio siquiera coger lo suficiente para pagar los gastos de venir? Titán, me has decepcionado- respiro profundamente, indignado- Yo quería estar con un jefe que no conociera el miedo. Y me encuentro con un cobarde maricón hijo de…
- Mira, hijo… Te voy a enseñar una cosa- con la mano izquierda, se abrió el visor del casco. Una máscara de acero le cubría el rostro. Con una mano en cada borde, se saco la máscara hacia adelante.
No había cara debajo.
O por lo menos, algo que pudiera que encajase en la definición de tal.
Entre las sombras, se confundía una masa verdeazulada de carne informe que se retorcía entre espasmos sanguinolentos, cuajada de venas que bombeaban a la luz del día mientras se enroscaban como serpientes en amarillos huesos de bordes de sierra. Dos satélites brillaban con fuerza en aquel tenebroso espacio; redondos y perfectamente blancos. No había ni pupila ni párpados, pero al ojo por alguna razón seguían llegando sangre, a juzgar por los numerosos derrames que rebosaban por los lacrimales. Tampoco había nariz; los labios se habían contraído en una sonrisa eterna, dejando al desnudo los cuatro dientes que le quedaba a su poseedor. De estos se tenía una perspectiva perfecta, porque tampoco había mejillas para proteger sus flancos, aunque viendo su aspecto, nadie se hubiera preocupado. Las orejas también se habían suprimido la mayor parte de su carne, por superflua en comparación con el resto del conjunto.
- ¿Crees que esta es la cara de un tipo que tiene miedo? ¿Crees que me hizo esto paseando o yéndome de putas? ¿Crees que no se a que sabe el laser? ¿Tú sabes que sabe tu propia carne? ¡Pues yo si me he tragado y digerido pedazos de mi propia carne cuando me atravesaron de lado a lado mi mandíbula! Esto- señalo una espantosa cicatriz de su frente que se introducía con magnificencia en su cráneo- fue en Galrumm. Esto, metralla radiactiva- dijo señalándose la nariz ausente- Esto- dijo señalando su sien- cuando mi nave exploto y tuve que aterrizar con ella en llamas encima de un asteroide, Esto- y con la mano derecha se arranco la izquierda, - me lo hicieron en el ejercito cuando el primer experimento con el Arma- así lo llamaba el- falló- ¡¿ES QUE ACASO HAY PLANETA QUE NO CONOZCA MI SANGRE!? ¡¿ES QUE ACASO NO HE MIRADO A LA MUERTE A LOS OJOS Y LE HE ESCUPIDO EN MEDIA DOCENA DE OCASIONES!? ¡¿ES QUE ACASO CREES, JODIDO BASTARDO, QUE CONOZCO EL MIEDO?! ¡JA! ¡PUES HAZME EL FAVOR DE CALLARTE O TE JURO QUE CUANDO LLEGUES AL INFIERNO LO VAS A CONFUDIR CON EL JARDIN DEL EDÉN! ¡¿TE QUEDA CLARO, MONTON DE MIERDA!?- explotó Titán.
- Calma, jefe. Todos sabemos lo que vales. Todos, sabemos quién es el jefe- le dijo Gauss.
- Yo también estoy de acuerdo con marchar.- LE CONTESTÓ Von como si nada hubiera pasado- De hecho, nada mas descubrió todo el asunto quise hacerlo. Pero me di cuenta de que era imposible. Ya no hay salida.
- ¿Cómo?- pregunto visiblemente alterado Snake.
- Sea que sea “eso”… acabo con cientos, miles de personas en tan solo unos segundos. Arrebato la energía a toda la estación, aniquilo todos los sistemas informáticos. Nadie monta eso y deja que escapen cuatro mierdas… Estamos jodidos. Este maldito lugar es toda una gigantesca trampa. Y nos hemos metido hasta el jodido cuello- dijo llevándose la mano al pescuezo, sacando la lengua y haciendo el gesto del ahorcado.
- ¿Pero…?
- No hay energía, no hay sistemas operativos, pero mandan una señal de socoro de gran potencia. Y cuando llegamos no hay nadie. Nadie sale a pedir ayuda, a decir nada, aunque todas las salas están vacía. Si están vacías, si no hay peligro… ¿Por qué no salen? Porque realmente no están vacías. Una pensaría que cualquiera que fuese el desastre de mil, diez mil personas o las que sean, al menos media docena podrían haber escapado. Es cuestión de pura estadística. Pues hasta el momento no hemos visto ni una, ni siquiera rastros. Tal precisión equivale a intencionalidad, a raciocino. Una carnicería completa…Uno puede hacer callar a una o dos persona, pero a tanas solo le calla el silencio de la Parca. ¿Pero sabes lo mejor de todo? ¿Lo más terrible, lo mas definitorio? En esta jodida estación, hay de todo por ahí tirado, naves de carga, herramientas, repuestos, objetos de valor… Sí, hay de todo… De todo…excepto ..armas. Mira qué casualidad.
- Es cierto- continúo Titán. –Yo mismo lo comprobé. Tienes razón. Sea lo que sea esto, no hay salida posible. Nos vigilan. Ya saben que estamos aquí.
- ¿Nos vigilan?- Snake estaba visiblemente, muy, muy asustado- ¿Quiénes? ¿Quién? ¿Dónde?
- ¡Y qué más da que nos vigilen…? ¡Si esto es una trampa,. Lo mejor es escapar de aquí cuanto antes…! Cada segundo que pasamos aquí es un segundo de menos! ¡Vámonos ya!
- ¿Sabes por qué vine aquí?- le contestó Von. Gauss negó con la cabeza- Llegue porque un guardia de seguridad vino antes, alertado por la misma señal de socorro. ¿Sabes cuando desapareció? Justo cuando intento huir. Le dejaron andar por la nav todo el tiempo del mundo, pero justo en ese momento…-Voló.
- ¿Y entonces qué hacemos?- pregunto Doom.
- Sea lo que sea a lo que nos enfrentamos, no podremos vencerlo si no lo comprendemos. Y dado que no podemos huir… tendremos que aclara lo que resolver el misterio, primero. Claro, que es posible que nos maten antes. Pero eso, en nuestro trabajo, es lo de menos. Mis heridas han sanado ya. Mi arma esta lista. Yo estoy preparado ¿Vosotros?
- Siempre- bramo orgulloso Gaúss.
- Dame un blanco. Si puedo apuntarle, puedo dispararle. Y si puedo dispararle, puede morir- chilló Snake.
- Yo no soy un estratega, yo soy un guerrero, un hombre de acción. No entiendo tantos cálculos, ni tan complicado pensamientos. No sería un buen líder… Por eso… ¡Guíanos, Von! ¡Guíanos hacia la victoria o hacia la muerte! ¡Pero caigamos o viviremos, lo haremos luchando, codo con codo!! Y nos llevaremos a alguno por delante!- rugió, vibrante, Titán.
- Me arrancaste medio cerebro… -se quejo Doom.
- Total, para lo que lo usas…
- Pero no conoces el miedo. Eres un jefe digno. Te sigo.
En realidad, si los pensamientos que había empezado a conjurar Von sobre la amenaza que los acechaba tomaban forma… poco importaba lo que hicieran. !Era tan divertida la presunción humana! !A pesar de todo... nos seguiamos creyendo inmortales!Pero aún así…! Era tan divertido luchar, caer, luchar y morir! ¡Ya no sabía hacer otra cosa pensó… y puede que dentro de pco no supieran hacer nada… ¡ ¡pero eso sería dentro de un momento..,. ¡ ¡Tan lejos, y a la vez… tan cerca!

jueves, 15 de septiembre de 2011

Hijos de los Hombres

- ¡Von! ¡Erich Von! ¡Grandísimo hijo de puta! ¡Bendito hijo de mil padres! ¡Escoria recubierta de chatarra!
- - Hueles mierda a un kilómetro y te pegas a ella como una mosca. Siempre el mismo soplapollas, Titán.
- ¿Quién es este cerdo?- pregunto el que estaba herido. Por lo visto el hecho de que te disparen te hace volver desconfiado con la gente.
- El tipo que te hizo picar como un gilipollas con el truco del holograma, el más viejo del manual. Sub-normal.
-¡Pues este gilipollas te va matar ahora, hijo de pu…!- . Antes de que Titán o cualquiera otro pudiera detenerlo, alzó de nuevo su arma, pero una explosión azulada arrojo trozos de chatarra (de su chatarra) reventó su mano derecha, y pedazos de hierro, carne chamuscada y hueso se desparramaron por el suelo como fuegos de artificio. Con un grito de dolor cayo de rodilla, agarrándose el muñón humeante con la otra mano.
Von hizo como si soplara el humo del cañón del arma, sonrió y se regodeó de su victoria.
- Además de gilipollas, lento- enfundó el arma- Aun herido, aun medio muerto, aun así soy el doble de bueno que tu, hijo. No lo olvides nunca. ¡Titán! ¿Cómo te da ahora por rodearte de esta basura?…! Tú eras un tipo listo, joder!

- Era lo que había.- miro con desprecio al otro y escupió en su dirección- Me mataron a Lucifer y a Asmodeo. Una revuelta de mineros en un planeta de mierda. Los enterraron bajo doce toneladas de escombros. Así que tuve que hacerme con algún sustituto en Tarkum VIII.

- No sale nada bueno de allí. Hay solo hay putas y maricones…- se dio la vuelta y disparo su espalda con la velocidad del rayo. El pesado de siempre cayó de espaldas.- Deja de intentarlo o alguien se va a hacer daño al final… Y Titán, dime, ¿Qué haces por aquí?

- Recibí una llamada de socorro de esta colonia, ayer. El resto… negocios, claro. Necesito dinero para atraer a nuevos socios. Ahora solo estamos yo, Doom (el gilipollas que te quiere disparar) Snake (el francotirador) Gauss, nuestro apoyo pesado- le señalo al tipo que tenia am sus espalda, el que le había apuñalado la pierna. Von no se había fijado antes, con las prisas de que lo matasen y eso, pero media por lo menos cuatro metros, y cargaba en sus robustas espaldas con toda una serie de lanzamisiles y cañones láseres. Snake, ahora que lo podía ver sin el camuflaje óptico, media apenas un metro ochenta. Llevaba un rifle de precisión Karkanno- MK98, toda una joyita de la ingeneria, pero con algunos años, lo qu irónicamente era una ventaja: con tantas innovaciones y mejoras era relativamente fácil que los sistemas actuales no tuvieran contramedidas eficaces para ellos.

Doom, por el contrario, era el típico marine espacial, un soldado de fortuna, súper macho, con su armadura verde y su armamento estándar. Rifle de asalto, pistola, explosivos C-40 y una granada atómica.
Titán, era por lo demás, un tipo muy peculiar. Desde pequeño, le encantaba probar cosas diferentes, destacar, ser único. Y la vez que le ofrecieron probar en el ejército un arma experimental, no pudo negarse. Ahora estaba ligado a ellos eternamente, hasta que la muerte les separase. No portaba armas, sino que sus guantes estaban conectados a unos mecanismos en su espalda por toda una serie de circuitos; que pasaban toda la energía a las armas de sus guanteletes, disparando unos potentes flujos de plasmas energéticos capaces, en su máxima amplitud, de derribar una nave en pleno vuelo.
Pero el precio de su elección era demasiado alto. El retroceso que generaba su arma era tal que su armadura llevaba toda una serie de contramedidas para luchar contra él, pero al fin y a la postre sus huesos se resentían de las poderosas fuerza que lo empujaban desde ambos lados y crujían cansinamente a cada movimiento. El cableado, la exposición continuada a esas magnitudes energéticas provocaban cientos de trastornos de todo tipo en su organismo. Las baterías y cables no podían soportar a veces la presión y derramaban por el interior productos químicos, que le corroían con fuerza por dentro. Una vez incluso, quedo envuelto en llamas en medio de un combate, de forma espontanea. Y su salud mental, obviamente, no era la mejor con todos estos problemas. El dolor dominaba su vida, le encendía, lo obligaba a luchar, lo enfurecía, era así al fin, su único amigo, su único consuelo, su único motivo para vivir en este mundo despiadado. Vida y dolor eran ya indisociables para él.
Pero era un soldado peligroso, extremadamente, y por lo tanto muy codiciado. Y eso, en un mundo lleno de gente similar, de soldados de fortuna, de bandidos, de mercenarios y de gente capaz de matar a quien fuera por sacar lo suficiente para comer caliente un solo día, lo hacía especial, justo lo que él quería.
- Titán, ¿Viste a alguien más aquí? ¿Algo raro?
- No. Pero lo lógico es que este sitio hirviera… la señal era muy potente y se repetía a intervalos regulares, cerca de rutas transitadas. Esto debería de estar lleno de buitres y chacales. ¿Donde están todos esos carroñeros?
- Créeme si te dijera, que aquí, ese es el menor de todos los misterios. De todas formas, el ejercito llegara de un momento a otro. Eso nos da un margen muy escaso.
- Von, eras un tipo listo… ¿Qué crees que paso aquí?
- Y… por..qué.. Yo… ¿te lo iba a decir? ¿Saco algo de ello?- le preguntó mirándole a los ojos.
- Mira Von- contesto después de reírse un buen rato- esa no es la pregunta correcta. De hecho, ninguna pregunta que me hagas es correcta. Yo decido las preguntas. Es más, te voy a hacer una ¿Por qué…- una pausa- No debería matarte?- le apunto con un arma. De hecho, todos le apuntaron. Doom –menudo imbécil.- sonreía tontamente, disfrutando del cambio de tornas.
- Bien. Quizás… sea… porque... tengo las respuestas?
- Farol.
- ¿Y si no es un farol?
- Da igual. Las encontraré yo de todos modos.
- Bien. Segunda respuesta. Porque soy un tio precavido. Y vengativo. Y rencoroso. Pero sobre todo, precavido.
- ¿Y?
- Que ahora mismo llevo integrado un sistema de autodestrucción que está conectado con mis constantes vitales. Si muriera, se activaría inmediatamente con una potencia de diez megatones. – Von s irguió, enseño el pecho con orgullo y le desafió con u mejor sonrisa.- ¿Quieres probar a que sabe el sol¿ ¿Vamos?- nadie dijo nada. Se inclino y aspiro teatralmente- Vaya que es eso que huelo… ¿Es el olor del miedo? ¿Es el olor de la desesperación?
- Es un farol- gruño Doom.- Es un puto farol. Yo lo mataba.
- Cállate- le ordenó.- Gilipollas. El es Von. El mejor. Y tú solo eres mierda.- Bajó el arma.- Von, eres el mejor. Y yo solo hago tratos con los mejores. ¿Hay trató?
- Era el dulce aroma de un trato.
Los dos almas de metal estrecharon sus manos.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

La Naranja Mecánica

Von estaba ciego. La sangre derramada estaba desparramada por el casco y le impedía ver nada. Su cálido tacto anegaba su cara, inundaba sus sentidos literalmente, ni oía ni veía nada; ni tan siquiera olía otra cosa que no fuera jodida (su jodida) sangre.
Como el ordenador tenía un extraño sentido del humor, informo directamente a su cerebro que todos los sistemas estaban en ROJO y que la pérdida de sangre era alarmante.
- ¡Vaya, no me digas!- grito su cabeza.
Las alarmas reventaban su cabeza por dentro, le taladraban como un laser, pidiéndole que se levantase, que se moviera, que reaccionase, que había enemigos… y con un gesto de ira, las apago todas. Prefería el pulmón taladrado a esto, joder.
Pero aún no estaba muerto. Aún no. No podía moverse, no podía hacer nada, salvo esperar que los varios millones de nanobots que estaban integrados en su cuerpo y que ahora brotaban de sus venas reparasen los años (en lenguaje técnico) lo antes posible. Pero dentro de su heridas había trozos de chatarra fundida, y estas eran a su vez, masivas; hacía falta mucho tiempo para reparar todo el tejido muerto y cortar la hemorragia, y aun así…
Ahora mismo no tenía tiempo. No; tiempo, era lo único que no tenia.
Su mano se alzo junto a su arma en busca de su enemigo, y entonces se dio cuenta de lo patético de su situación: su mano apenas se movió, pero de todas las maneras oscilaba tan visiblemente que era imposible acertar a un elefante a dos metros. Y entonces, el dolor de su costado fue tan excesivo que su brazo cayó por su propio peso al suelo de nuevo.
Pero no se daría por vencido. Si se diera por vencido, no se llamaría Von. Si rindiera, no sería cazarrecompensas. Si se rindiera, hubiera aceptado un empleo de funcionario de ventanilla en vez de dedicarse a cazar criminales.
Su casco abrió una rendija de seguridad y toda la sangre acumulada broto fuera como de una fuente serena. El autolimpiador del visor comenzó a funcionar, despegando el líquido elemento del cristal. De su guantelete brotaron pinchos (los del hielo) y como un insecto comenzó a reptar por el suelo, apoyándose en los codos, hasta la cobertura más próxima.
Pero ahora que su cabeza comenzaba de nuevo a funcionar, se dio cuenta de una cosa… ¿Si le habían disparado… porque no lo habían vuelto a hacer ahora que era un blanco todavía más fácil?
Y entonces pensó que no había sido buena idea desconectar las alarmas después de todo.
Una pistola descendió en ángulo agudo hacia su cara.
- Vamos, levántate. Sabemos que no estás muerto. ¡Vamos!- le gritaron por radio.
- No te creas- le respondió activando el sintetizador de voz con sus pupilas.
- No digas nada y suelta el arma. Ya.
Von vacilo. No le hacía ninguna gracia… su mano derecha se abrió poco a poco…
El arma se unió al frío suelo de la nave.
El otro la pateó…
Justo en ese momento Von le engancho la pierna y con su laser de trabajo le atravesó la rodilla de un lado a otro. Antes de que reaccionase, recupero el arma y abrió fuego a bocajarro sobre la cabeza de su rival.
Una espantosa nueve de color azufre se desparramó entre cristales roto, metal retorcido y sangre chamuscada.
- No tiene gracia, ¿Eh?
- Ninguna- le contesto una voz desde un lateral.- ¿Quieres probar’
Von alzo la cabeza, con desesperación. En su radar había tres enemigos…
Y allí, delante de él, estaban los otros dos.
- Me rindo- se lamentó, abatido.
Respiro profundo.
Cerró los ojos.
Disparo.
Su disparo abatió al contrincante de la derecha con un tiro limpio al abdomen, pero al girar descubrió que el otro rival era igual de rápido que el.
Un impacto en el hombro derecho.
Otro impacto en la cadera.
Desequilibrado, volvió a caer.
Por lo menos, se había llevado a dos por delante.
Von entrecerró los ojos, esperando el tiro de gracia.
-Von, no utilices dos veces el mismo truco… Era una de tus máximas… ¿Qué pasa, te volviste viejo y descuidado?
- ¡Titán, soberano hijo de puta…! ¡Cuánto tiempo!